Estas galletas danesas cuyo nombre, Gode råd, literalmente significa "Buenos consejos" son muy típicas en la zona del sur de Jutlandia (Snderjylland). En el resto del país no las conoce prácticamente nadie, lo cual es una pena. Curiosamente, en Noruega también son conocidas, aunque bajo otro nombre, krumkager. Por donde yo vivo se venden en los mercadillos navideños. Las he preparado para el viaje navideño de Cocinas del mundo.
Lo especial de estas galletas es el dibujo que las caracteriza y su tamaño. De sabor y textura se parecen mucho al barquillo de los cucuruchos de helado, aunque con el toque navideño de las especias. Están muy ricas y no se hacen nada pesadas porque son muy finitas.
Para cocinarlas se usaban unas placas de hierro que se conservan hoy en día en el ático y el sótano de alguna abuelilla. Ya no hay manera de comprar las originales. Sin embargo, hay demanda y hace unos años un par de marcas (Wilfa y OBH Nordica) sacaron un modelo moderno de plancha para gofres específicamente para hacer estas galletas. Y yo tuve la suerte de encontrar uno que les quedaba en un almacén. Os dejo fotos de las antiguas y las nuevas.
Tras probar varias recetas y darles mi toque personal, os dejo aquí la que más me gusta; salen unas 12 galletas, que no es poco, dado el tamaño, y es fácil y riquísima:
125 g de azúcar
100 g de mantequilla (blanda, pero no derretida)
250 g de harina
2 huevos
1 cucharada generosa de leche
1 cucharadita de cardamomo en polvo
1 cucharadita de azúcar avanillado
Ralladura de la piel de 1/2 limón
La preparación:
* Se pueden mezclar todos los ingredientes de una, batir y listo, pero según mi experiencia, salen mejor si se siguen los siguientes pasos.
1. Mezclamos el azúcar, la mitad de la harina y la mantequilla en trocitos y batimos. La mantequilla no debe estar ni fría ni derretida; a temperatura ambiente.
2. Incorporamos los huevos, la otra mitad de la harina, el azúcar avanillado y el cardamomo. Batimos.
3. Incorporamos la cucharada de leche y la ralladura de piel de limón. Batimos de nuevo y, si hace falta, ayudamos a mezclar con una espátula.
4. Podemos ir cogiendo masa cada vez que necesitemos o prepararla en montoncitos del tamaño de una nuez grandota. Mejor poner nuestros montoncitos de masa sobre papel de horno para que no se peguen, pero no es imprescindible.
5. Mientras tanto encendemos las placas al máximo para que se vayan calentando. Entonces colocamos un pegote de masa sobre la placa de abajo más bien en la mitad de arriba, porque al cerrar la placa de arriba, la masa se expande hacia abajo. Hacemos presión para que se reparta la masa y le damos 60-90 segundos hasta que esté doradita.
6. Con una espátula podremos sacar fácilmente la galleta. La ponemos a reposar sobre plano, por ejemplo sobre una rejilla de horno. Lo de "sobre plano" es porque, una vez que se enfrían, no hay manera de cambiar la forma que hayan tomado sin romperlas. De hecho, en este paso, hay quien las rula para hacer barquillos de cucurucho para helado o las pone sobre un vaso del revés para hacer cuenquecitos para helado u otros postres.
¡EXTRA, EXTRA!
Y ahora os digo, os voy a tener que dar 2 recetas. La anterior es la más sencilla y sale buenísima. Peeero, un día de casualidad probé un invento y quedó requetebien, así que lo comparto aquí por si queréis probarlo.
Este invento se debe a que me puse manos a la obra y me di cuenta demasiado tarde de que solo tenía un huevo. Ya estaba inmersa en el proyecto y, además, llovía, así que decidí sustituir un huevo y la leche por yogur; al fin y al cabo, algunas recetas antiguas incluyen nata (crema de leche). Y la verdad es que quedaron más finas todavía, crujientes, delicadas, ligeras y deliciosas, y con menos calorías que si llevaran nata (crema de leche) y otro huevo.
125 g de azúcar
100 g de mantequilla (blanda, pero no derretida)
250 g de harina
1 huevo
2 cucharadas generosas de yogur griego 0%
1 cucharadita de cardamomo en polvo
1 cucharadita de azúcar avanillado
Ralladura de la piel de 1/2 limón
El procedimiento es el mismo, solo que añadimos 1 huevo y el yogur y al final la ralladura. La masa resultante es más pegajosa. Por lo demás, todo igual.
A mí la primera receta me gusta más para comerlas tipo barquillo con nutella o helado y la segunda más para comerlas sin acompañamiento, aunque no voy a mentir, me encantan las dos y son tradición en casa ;)
* Ay por cierto, los corazones que veis en la foto son hechos a mano (por mí) y son el adorno navideño más típico de Dinamarca que existe. Se cuelgan del árbol.
¡Buen provecho!
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Bergua*