Así que tengo que buscar formas de "gastar" la miel y que la consuma más gente que yo.
La mejor solución son las galletas, a la hora de merendar siempre me preguntan por "algo rico", y es aquí donde yo juego mis cartas.
Esta receta no sé de donde la saqué, porque hace mucho que la tengo, pero sí os puedo decir que es deliciosa y que aunque no os guste la miel deberíais probarlas.
¡Vamos con la receta!
Ingredientes:
- 350 gr. de harina
- pizca de sal
- 100 gr. de azúcar
- 100 gr. de miel (si no os gusta poned sólo 75gr)
- 1 huevo mediano
- 1 cucharilla de levadura en polvo
- 80 gr. de mantequilla
Elaboración:
Calienta al baño María la mantequilla con el azúcar hasta que esta se disuelva, cuando ya está separar del calor y añadir la miel, revolviendo hasta que se mezcle completamente.
En un cuenco aparte tamizar la harina, la sal y la levadura. Añadir el huevo y empezar a mezclar con una cuchara, a continuación añadir la mezcla de miel y mantequilla y amasar hasta formar una bola (estará un poco pegajosa).
Envolver en film de cocina, aplastar dando forma de torta y enfriar en la nevera al menos 30 minutos.
Una vez enfriada la masa formar bolas de unos 2 cm de diámetro, aplastarlas un poco y colocar en la bandeja de horno sobre papel de hornear.
Cocer en horno precalentado a 180ºC unos 12 ó 13 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Estas galletas se conservan muy bien en un frasco hermético o una lata durante 4 ó 5 días.
¿Verdad que son bonitas? Además ¡saben muy bien!