¡¡Estamos a menos de una semana de Nochebuena!! yujuuuu!!!!
Y es que me chifla la Navidad -creo que se nota bastante y os lo he dicho algo así como decenas de veces en este blog-. La disfruto un montón. Adoro pasear por las calles en esta época. Me resulta muy agradable caminar rodeada de iluminación navideña y escaparates decorados de Navidad. Y el ambiente fresquito (a veces, incluso, helador) me da vida. ¿Y abrir la puerta de casa y sentir que te envuelve el calorcito del hogar? ¡Qué felicidad!
Además, es la época que más me inspira y motiva para preparar todo tipo de recetas. Bajo mi punto de vista, es la que más juego da a cualquier bloguera-repostera. De hecho, aunque por aquí no haya dado muestra de ello, llevo cerca de un mes horneando dulces navideños. Si me seguís en Instagram (¡¡¡lo uso un montón!!!), habréis podido ver que he estado inmersa en el taller de Pastelería Navideña que Luis Olmedo (My European Cakes) imparte en La Tallerería. Hemos hecho mantecados, polvorones, panettones, roscos de anís y una corona sueca. Tan solo me queda elaborar el roscón de Reyes, que no me dio tiempo, ya que coincidió en unos días en que anduve un poco más enredada de lo habitual.
Y a esto tengo que sumarle el haber continuado alimentando mi obsesión macaronil con el taller de macarons avanzados "Le Must", de Belén Casal (Cupcakes a gogó), en el que hemos dedicado unas cuantas hornadas a las decoraciones más navideñas.
¡¡Pero eso no es todo!! Porque durante estos dos últimos días, mi tiempo libre lo he dedicado casi por completo a elaborar un dulce para participar en un concurso de postres navideños. Cruzaré los dedos, a ver si hay suerte; ya os contaré...
Y ahora que ya no hay ningún concurso a la vista y he dado por finiquitados estos dos cursos, imagino que podré dedicarle un poquito más de tiempo al blog. Espero poder preparar algunas recetas navideñas que pueda compartir con todos vosotros. ¡Pero no prometo nada! El haber estado tan inmersa en estos cursos durante mi tiempo libre, apenas me ha dejado sacar algún ratito para avanzar en el Proyecto Final del curso de Pastelería (¡¡y lo tengo que entregar en BREVE!!)
Bueno, de momento, os dejo con una receta que, aunque la hice hace ya algunas semanas, y no especialmente para Navidad, sí creo que tiene unos ingredientes que pueden resultar indicados para esta época: pistachos y cardamomo. Si os gusta el sabor y aroma de esta especia, no podéis dejar de probar estas galletas. Son súper aromáticas y quedan con una textura blandita. ¡¡Y el baño de chocolate blanco les va genial!!
Galletas de pistacho y cardamomo:
Receta de Epicurious (la receta original es para tres docenas, yo hice dos)
INGREDIENTES (para 20-24 galletas)
120g de mantequilla
1 cucharada de semillas de cardamomo
100g de harina
3/4 de cucharadita de sal
1/8 de cucharadita de levadura química en polvo
60g de azúcar
1 huevo M
50g de pistachos troceados
200g de chocolate blanco para postres
50g de pistachos troceados
PREPARACIÓN
Cocinamos la mantequilla con el cardamomo en un pequeño cazo, a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que la mantequilla esté dorada y tenga aroma, durante unos 6-8 minutos. Dejamos reposar 15 minutos y pasamos a un bol, retirando las impurezas y las semillas de cardamomo. Volvemos a dejar reposar otros 15 minutos más dentro del frigorífico.
Mientras tanto, tamizamos la harina con la sal y la levadura química.
Pasamos la mantequilla a un bol amplio y añadimos el azúcar. Batimos con el batidor plano a velocidad media-alta durante 2 minutos. Añadimos el huevo.
Por último, los ingredientes secos anteriormente tamizados y los pistachos troceados. Mezclamos con la espátula.
Pasamos la mezcla a un trozo de papel film, y lo envolvemos como si fuera un caramelo, en forma de rollo. Dejamos enfriar durante, al menos, toda una noche, dentro del frigorífico.
Al día sigueinte, horneamos las galletas. Precalentamos el horno a 170ºC.
Cortamos la masa en 20-24 rodajas y las colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal. Horneamos 12-15 minutos a 170ºC.
Dejamos que se templen encima de la propia bandeja y, posteriormente, las dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Para decorarlas, bañaremos la mitad de ellas en chocolate blanco fundido y le espolvorearemos unos pistachos picados. Dejamos que se seque el chocolate y ¡listas para comer!
¡Un besazo!