Que las galletas me encantan, no es un secreto. Ahora bien, aunque me gustan todas y de todo tipo, hay galletas y galletas. Hoy os traigo la receta de unas galletas de categoría. Hablo de las tan increíbles como sencillas galletas florentinas.
Estas pastas son delicadas, sabrosas, ligeras e irresistibles. Perfectas para lucirse en una merienda o simplemente para darse un capricho de lujo.
Quizá a algunos os recuerden a otras pastas, las tradicionales moscovitas ovetenses. Es cierto que guardan similitudes aunque sus ingredientes varían. Aun así la estrella es indiscutiblemente la almendra.
Si os apetecen unas pastas y os gustan las de almendra, no lo dudéis, estas son las vuestras, deliciosas.
RACIONES: 16-18 ud.
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 1 hora
GALLETAS FLORENTINAS:
80 g. HARINA
80 g. AZÚCAR
60 g. ALMENDRA LAMINADA
60 g. MANTEQUILLA
70 g. NARANJA CONFITADA
100 g. CHOCOLATE con leche o negro al gusto
1.- En una cazuela pequeña derretimos la mantequilla con el azúcar. Removemos hasta que el azúcar se haya disuelto y retiramos del fuego.
2.- Agregamos la harina tamizada, las almendras fileteadas y la naranja confitada que previamente habremos cortado en daditos pequeños. Removemos con un tenedor hasta integrar todos los ingredientes. Habremos conseguido una pasta espesa y grumosa.
3.- Sobre la bandeja del chono colocamos un papel sulfurizado y sobre este vamos poniendo pequeños montones de masa. Achatamos cada montoncito intentando darle una forma más o menos homogénea.
4.- Con el horno previamente caliente a 175ºC, horneamos las galletas durante 10 minutos. Cuando veamos que los bordes de las galletas comienzan a dorarse, las retiramos del horno y las ponemos sobre una rejilla hasta que se hayan enfriado totalmente. Las galletas estarán muy blandas mientras estén calientes, cuando se enfríen se endurecerán quedando muy crujientes.
5.- ÇUna vez que las galletas estén frías, preparamos el chocolate para la cobertura. Derretimos el chocolate en una cazuela a fuego muy bajo para que no se queme. Retiramos la cazuela del fuego y procedemos a bañar cada galleta. Dejamos que el chocolate se vaya secando colocando las galletas sobre una rejilla hasta que esté seco.
Sólo nos queda disfrutarlas.