Una receta muy fácil de preparar, un postre delicioso. Unas galletas muy suaves, perfectas para compartir con tus seres queridos o visitas inesperadas. Su característica principal es el color: deben quedar blanquitas.
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Ingredientes: (Según tamaño 43 unidades).
125 gr de mantequilla.
200 gr de leche condensada.
300 gr de Maicena o harina de maíz refinada.
1 yema de huevo.
Preparación:
Dejamos la mantequilla fuera del frigorífico a temperatura ambiente por lo menos 1 hora antes de preparar la receta.
Forramos la bandeja de horno con papel de hornear y reservamos.
Tamizamos la Maicena con un colador y reservamos.
En un bol grande echamos la mantequilla blandita con la leche condensada y la yema de huevo, batimos con las varillas eléctricas hasta que coja un color blanquecino.
Vamos añadiendo la Maicena poco a poco y la mezclamos bien con ayuda de una lengua de cocina, que quede bien incorporada a la mezcla.
Deberá quedar como resultado una masa pegajosa pero manejable.
Precalentamos el horno a 160ºC, calor arriba y abajo.
Hacemos bolitas pequeñas con la masa y las colocamos sobre la bandeja forrada, dejando espacio entre ellas.
Para rematar las galletas les hacemos una marca con el tenedor.
Horneamos durante 10-15 minutos sin que se doren, deben quedar blanquitas.
¿Dónde está la dificultad?
Consejo: Las he hecho la víspera. Se conservan muy bien en una lata, tapadas y guardadas en un sitio fresco y seco. Para que no se nos quede pegado el tenedor a la masa, lo mojaremos con agua. El tiempo de horno es orientativo, cada uno es un mundo.
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