La segunda familia es la de gofres con levadura de repostería, la familia americana, facilísimos, se mezclan todos los ingredientes y se cuecen los gofres en la gofrera. Al principio no me convencían pero me están conquistando, la receta de hoy es la mejor que hemos probado hasta ahora de esta familia. Tienen bastante mantequilla así que con una capa de azúcar glas basta para disfrutar de un desayuno o merienda espectacular.
Los valientes pueden atreverse con Nutella o más mantequilla o mermeladas o nata montada (crema de leche).
La tercera familia de gofres son aquellos que incorporan claras a punto de nieve en su masa, con esto conseguimos una textura próxima a la de los gofres de masa levada sin tiempos de espera, veremos un ejemplo otro día.
Lo que caracteriza a un buen gofre. sea de la familia que sea, es su exterior crujiente e interior tierno, luego cada familia su textura, alveolada o esponjosa. Es una buena idea hacer muchos de una vez y congelarlos, calentándolos en la misma gofrera o en la tostadora recuperan su textura.
Aparte están los gaufrettes o barquillos que son gofres muy finos y crujientes pero eso es otra historia.
¡Menos mal que la receta es facilísima porque con esta introducción estoy exhausta!
Ingredientes 8 gofres:
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
75 gr de azúcar
1 cucharadita de azúcar vainillado
2 huevos
250 gr de harina
1/2 cucharadita de levadura de repostería
180 ml de suero de leche (si no tienes mezcla leche con unas gotas de limón y deja reposar)
2 cucharadas de miel líquida
Azúcar glas para espolvorear
Preparación:
Batir la mantequilla con el azúcar y el azúcar vainillado con ayuda de unas varillas, añadir primero un huevo y luego otro sin dejar de batir. Añadir poco a poco la harina tamizada con la levadura alternado con el suero (puedes usar harina con levadura para bizcocho tipo Bizcochona). Al final añadir la miel y mezclar completamente.
Calentar la gofrera al máximo, pintar las placas con aceite de girasol, añadir unas cucharadas de masa hasta cubrir las placas y cerrar. Estarán listos en un tiempo variable dependiendo de cada gofrera, normalmente entre 5 y 8 minutos.
Una vez tostaditos los sacamos a una rejilla y cuanto antes los tomemos mejor.
Espolvoreamos con azúcar glas y a disfrutar, me encantan mojados en café con leche, me encantan , me encantan…
Lo dicho, si sobran a una bolsa y al congelador, en 3 minutos en la gofrera o en la tostadora estarán calentitos y crujientes otra vez.
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