Por RecetasDeSara.com, 9 agosto, 2014
Ideal para desayunar o merendar
Tiempo Total: 50 minutos
Tiempo elaboración: 50 minutos
Raciones: 11-12 gofres
Ingredientes:
Harina de fuerza - 250 gr
Leche - 90 ml
Levadura fresca - 25 gr
Huevo mediano - 1
Yema de huevo - 1
Azúcar avainillado - 1 cucharada
Pizca de sal -
Mantequilla - 125 gr
Azúcar perlado - 150 grElaboración:
El primer paso para elaborar estos deliciosos gofres es disolver la levadura en la leche, que deberá estar tibia.
Por otro lado, en un cuenco grande tamizamos la harina haciendo un volcán en el centro, y ahí vertemos un huevo entero y la yema de otro, el azúcar avainillado y la leche con la levadura disuelta. Damos unas pocas vueltas hasta ver que la leche con levadura ha sido absorbida por la harina y añadimos en ese momento la pizca de sal. La razón de esto es para que la sal no entre en contacto directo con la levadura, lo cual impediría que la masa subiese de volumen.
Una vez puestos estos ingredientes mezclamos bien para integrarlos. Aunque veamos que la masa es muy viscosa y no se puede trabajar con las manos por quedarse pegada a los dedos, no debemos añadir ni un gramo más de harina; éste es el secreto para conseguir la característica masa ligera y esponjosa de los gofres.
Cuando hayamos conseguido una masa homogénea la dejamos reposar 30 minutos, y tapamos el cuenco con un trapo para resguardarla de la luz.
Transcurrido ese tiempo, la masa habrá doblado o triplicado su volumen. Le incorporamos la mantequilla que debe estar a temperatura ambiente y amasamos para mezclar este nuevo ingrediente. A continuación ponemos el azúcar perlado, el ingrediente estrella de la receta, y volvemos a amasar. Ahora tendremos una masa viscosa pero firme, por lo que para manejarla bien e introducirla en la gofrera cojeremos las porciones con una cuchara y con la ayuda de otra empujamos la masa.
En mi gofrera, que carece de regulador de temperatura, basta con tres minutos para que estén listos; pero como cada una es diferente hay que ir vigilando abriendo la tapa del aparato de vez en cuando hasta conseguir el dorado deseado y controlar el tiempo que haya sido necesario para ello.
Una vez hechos, los sacamos a una rejilla y sólo queda poner por encima el dulce que más nos guste: chocolate caliente, nata (crema de leche), sirope de fresa, miel, incluso frutas.
Este dulce casero está delicioso, pero bien es cierto que es muy calórico, por eso a mí me gusta hacerlos pequeños (concretamente de 60 gramos), así pues, con la masa resultante se pueden hacer muchos gofres; pero no hay por qué preocuparse ya que se pueden congelar, para ello hacemos porciones de 60 gr aproximadamente y los envolvemos bien en papel film, luego todos los paquetitos los metemos en una bolsa de cierre hermético para que no absorba olores de otros alimentos y congelamos. Cuando queramos degustar un fabuloso gofre sólo tendremos que sacar un paquete en el momento en que pongamos la gofrera a calentar (tiempo suficiente para que la masa de gofre se ablande un poco por el exterior) y una vez que ésta esté caliente introducimos la masa. No importa que esté prácticamente congelada, según vayamos cerrando la gofrera se irá aplastando y se cocerá sin problemas.
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