Dado que este año la operación bikini ha quedado cancelada, y dado que la harina y la levadura son artículos de lujo en esta época de confinamiento, vamos a deleitarnos con otra más de las combinaciones de harina, azúcar y huevos que podemos realizar. En esta combinación de ingredientes, el resultado es un espectáculo garantizado.
Para esta receta es necesario tener una gofrera. Yo tengo la que sale de vez en cuando en promoción en Lidl, que tiene placas intercambiables para sandwiches y grill, además de las placas para gofres. Actualmente no está disponible, pero existen otras opciones, como por ejemplo esta gofrera que puede ser una buena opción si te apetece invertir en alegrías cociniles. Un buen gadget al que sacaréis partido.
Hay dos versiones de los gofres. Los americanos, que se hacen con una masa similar a la de las tortitas, y por supuesto, deliciosos. Pero luego están los gofres belgas... para mí, un nivel superior. Son los que recuerdo haber comido alguna vez de niña en aquellos puestos de feria en que se hacían de forma natural que no he vuelto a ver... Por eso esta receta me transporta a aquellos gofres de las fiestas y me encanta echar el ratito en la cocina para compartirlos con mi familia.
Los gofres belgas se hacen con harina normal, levadura de pan y su correspondiente reposo. Ah! y por supuesto, azúcar perlado, que son esas bolitas maravillosas de azúcar que aportan esa textura crujiente en cada bocado... Inigualable.
Delantales y conmigo a la cocina!
INGREDIENTES (para 16 unidades):
Masa de arranque:
400 g. de harina normal
25 g. de levadura fresca (1/3 si es seca)
125 ml. de leche entera
125 ml. de agua
25 g. de azúcar glacé
1 huevo
Resto de masa:
100 g. de harina normal
25 g. de miel
5 g. de sal
1,5 g. de bicarbonato
250 g. de mantequilla en pomada (muy blandita)
1 cucharadita de extracto de vainilla
300 g. de azúcar perlado
ELABORACIÓN:
Ponemos en un bol amplio los ingredientes de la masa de arranque y lo tapamos, dejando reposar la masa durante 20 minutos.
A continuación, añadimos los ingredientes del resto de la masa, excepto (¡OJO!) el azúcar perlado. Se amasa hasta que esté todo bien mezclado, un par de minutos es suficiente. Cubrimos con papel film y nuevamente dejamos reposar la masa, en este caso, durante 1 hora aproximadamente.
Después de esta hora de reposo, añadimos el azúcar perlado y lo integramos bien a la masa.
Ahora dividimos la masa en porciones. El tamaño dependerá de cada gofrera, para el modelo que yo tengo utilizo porciones de 75 g. aproximadamente, podéis comenzar por esta medida como referencia y ver el tamaño que mejor admite vuestra gofrera. Dejamos reposar las porciones 10 minutos.
Con la gofrera precalentada (si tiene termostato, a temperatura media), vamos a poner una porción en cada molde de gofre, cerramos la tapa y dejamos cocinar durante 3 minitos aproximadamente, aunque tendréis que ajustar según vuestro modelo.
Una vez listos, se sirven calentitos y acompañados de: trocitos de fruta, bola de helado, nata (crema de leche), siropes, fideos de chocolate, nutella o nocilla, mermelada... y no sigo porque se me hace la boca agua.
Si sobrase alguno (porque salen unos cuantos) podéis congelarlos con mucha ilusión, bien envueltos en papel film, y el día que os apetezca los sacáis, un ratito de tostadora, y de morirse de ricos.
Es una masa sencilla de preparar, pero al tener levados, hay que organizarse con tiempo para tenerlos listos en el momento preciso! Lo bueno es que durante los levados, podemos hacer cualquier otra cosa... Por ejemplo, como en mi caso, estuve limpiando los cristales del ventanal de mi salón... ¿qué buena idea verdad? jejeje.
Recordad que esta receta dulce debe ser compensada con ejercicio físico (lo que se pueda en estas circunstancias) y dieta equilibrada. No admito reclamaciones por los kilitos de más.
Esta receta está inspirada en la receta de Sandra Mangas, de su libro Chocolate (un imprescindible, por cierto, si como yo, adoráis el chocolate!) que os recomiendo como una posible sugerencia para el regalito de las mamás más chocolateras en el Día de la Madre que ya está aquí mismo. Y si le hacéis el kit con la gofrera incluida, pues ya tenéis muchas meriendas felices aseguradas. De nada ;-P
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Fuente: este post proviene de Guta Mamá, donde puedes consultar el contenido original.
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