Comparten con los gofres belgas el nombre que hace referencia al dibujo enrejado pero poco más. Es como comparar una galleta María con una galleta danesa de mantequilla, se llaman igual pero no se parecen en nada.
Para qué decir que están buenísimos, no empachan y dan energía para funcionar durante un rato.
Estos también son suecos y te dan energía para un rato laaaargo.
Ingredientes 10 piezas:
100 g de mantequilla a temperatura ambiente
100 g de azúcar
2 huevos
100 g de suero o 50 g de yogurt y 50 ml de agua
1 cucharadita de aroma de ron
100 g de harina con levadura (tipo bizcochona)
100 g de copos de avena
Preparación:
Batimos en un cuenco los huevos con el azúcar hasta que blanqueen, añadimos la mantequilla y seguimos batiendo, añadimos el suero de leche y el aroma de ron. Mezclamos y añadimos la harina y los copos de avena. Queda una papilla semilíquida.
Podemos dejar reposar la mezcla en la nevera desde 30 minutos hasta toda la noche si lo hemos previsto con antelación. Si no procedemos directamente a cocinarlos.
Calentamos la gofrera al máximo, ponemos 3 cucharadas de masa en el centro de la placa inferior, cerramos y cocinamos unos 3 minutos. Al abrir la máquina el gofre estará blando, a los pocos minutos queda crujiente.
Los dejamos enfriar sobre una rejilla mientras cocinamos el resto de la masa, servimos apilados.
Desde mi punto de vista el sabor tal cual es perfecto, dulce pero no mucho, aroma a mantequilla y a ron y el tacto crujiente de la avena que me encanta. Si eres adicto al dulce ¿quizá quieras espolvorear azúcar glas?
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