Esta receta es la que preparé para participar en el reto #TsViajero17 (podéis ver el resto de recetas AQUÍ) que nos traían este mes de julio las chicas de La Cocina Typical Spanish donde nos proponían salir de viaje a través de la gastronomía internacional!
En México podemos encontrar dos clases de guacamole, si el aguacate está completamente molido se llama aguamole y suele servirse en taquerías populares o puestos ambulantes de comida. La versión con trocitos de aguacate que se suele preparar en casa es el guacamole propiamente dicho. Esta deliciosa salsa se prepara en un plis-plas y es muy sencilla, fantástica como aperitivo. Así que no hay ninguna excusa para no preparar nuestro propio guacamole casero!
Tengo que decir, que por supuesto, no es la receta original o la más fiel a la realidad, por que en este caso como en otros tantos, hay tantas recetas como cocineros. Pero esta en especial, queda muy suave y con un sabor muy rico.
Ingredientes:
4 aguacates medianos
2 tomates pequeños
1 cebolla mediana
1 lima entera
1 cucharada de hojas de cilantro fresco (opcional, yo no le puse)
Sal al gusto
1 bolsa de Nachos
Preparación:
Empezamos pelando la cebolla y lavando el tomate. Los picamos muy finos, lo más posible, ya sabéis que eso de encontrarme trozos enormes no me apasiona
Elegimos unos aguacates maduros que no estén demasiados duros para aplastarlos, además el sabor del aguacate maduro es mucho mejor. Debemos buscar el aguacate que tenga la piel firme y que al apretar con el dedo se hunda un poco. Si véis que está un poco verde, envolvedlo en papel de periódico y así madurará más rápido. Pero nunca en la nevera.
Cortamos los aguacates por la mitad hasta el hueso y giramos cada parte separando las dos mitades. Con ayuda de una cuchara, vaciaremos las dos partes en un cuenco en el que dejaremos el hueso del aguacate. Con ayuda de un tenedor (mejor de madera) chafaremos los ingredientes (en México se trituran los ingredientes con un molcajete o mortero de piedra). Añadimos el zumo de la lima directamente sobre el aguacate y empezamos a aplastar con el tenedor.
Mezclamos el tomate y la cebolla que tenemos reservados y una pizca de sal. (Si hubieramos usado cilanto, es el momento de añadirlo a la mezcla)
Mezclamos todo con una cuchara de madera con movimientos envolventes para no variar la textura irregular de nuestra salsa.