Una receta sencillísima, más que el mecanismo de un chupete, pero cargada de recuerdos y emociones. Un homenaje a mi tío Manolo, la persona que me transmitió la pasión por la cocina y que a pesar de no estar físicamente entre nosotros desde hace muchos años, lo tengo presente en mi vida a diario.
Mi infancia fué por muchos motivos, diferente a la de otros niños. Mi hermano y yo nunca comíamos en casa, mis padres trabajaron toda su vida más la "Juani" en médico de familia, así que comíamos por turno en la trastienda del negocio familiar, donde mi tío, ya jubilado y en una cocina de 2 metros por 2, preparaba platos realmente exquisitos que a día de hoy, me siguen fascinando, y otros, que por cabezonería en su momento ni probaba, bien porque no me entraban por el ojo o porque se me ponía en los mismísimos que no me gustaban, hoy son imprescindibles en mi mesa. Recuerdo desgranando en su compañía guisantes o habas, "espulgando" las lentejas para quitarles cualquier piedrecita que pudieran contener o quitándole esos "animalitos" negros al arroz a granell mientras nos contaba batallitas, nos animaba a leer tal o cual libro que él consideraba adecuado para nuestra edad o simplemente nos relataba anécdotas, muchas divertidas, otras no tanto, vividas a lo largo de su vida.
De origen humilde, fué un hombre que se hizo a sí mismo, cultísimo, apasionado de la lectura y conversador nato, y aunque eramos muy distintos, también teníamos muchas cosas en común y ahora, con el paso de los años, veo reflejados en mí muchos aspectos de él y me siento muy orgulloso de ello y de haber compartido con él buena parte de mi vida. Aunque no nos engendró, mis hermanos y yo fuimos y seremos siempre sus "niños". Así que ésta receta va por tí, tito, dondequiera que estés.
INGREDIENTES:
2 cebollas grandes.
750 grs. de habas.
Sal.
Aceite de Oliva Virgen Extra.
PREPARACIÓN:
Lavamos bien las habitas y las troceamos finamente, vaina incluída.
Picamos la cebolla y la ponemos a pochar en una sartén con AOVE.
Una vez pochada, añadimos las habas, tapamos y cocinamos primero a fuego fuerte y pasados unos minutos bajamos el fuego y las tenemos a fuego lento durante 45 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando, hasta que estén tiernas.
Rectificamos la sal y servimos.
NOTA: A ésta receta básica podéis darle vuestro toque personal, añadiendo unos taquitos de jamón, bacon, o incluso con chorizo quedan espectaculares.
No se vayan todavía, aún hay más....jajaja. Y es que no me voy sin contaros que otra de mis grandes pasiones es el dibujo y la pintura (pasión que por otro lado parece haber heredado mi hijo al que se le da fantásticamente bien). Y como hoy os he abierto un poquitín mi corazón, quiero enseñaros un cuadro pintado a pastel (que es una técnica pictórica seca, muy relacionada con el dibujo que no necesita disolventes ni pinceles para aplicarla y cuyo resultado, de aspecto atercipelado, es muy agredecido), de 120 cms x 80 cms., representa a mi tío y ocupa un lugar destacado en mi casa. Vais a perdonar la baja calidad de la fotografía, que no transmite la fuerza ni la intensidad de los colores, desvirtuandolo un pelín, pero me apetecía compartirlo con vosotros, a quien os doy las gracias por aguantar el tostón de hoy.