Bueno la cosa es que yo no sabía que él tenía pensado otro destino para esas habas y era hacerlas fritas para aperitivo. Dice que cuando eran pequeños las hacían en su casa, y bueno nos pusimos manos a la obra mi hija, mi marido y yo.
Nos ha gustado mucho, tanto es así que dos tarros de esos que vienen las legumbres cocidas, de los grandes, duran muy poco, es un ir y venir.
Este año las volvió a plantar y si que recogió una primera cosecha de habas pequeñas, con las que hicimos entre otros platos la tortilla de habas, y la segunda de habas grandes para este propósito.
INGREDIENTES:
Habas secas
Agua
Anís
Aceite de oliva virgen extra
Sal
MODO DE HACERLO:
Sacamos los granos (habas) de las vainas y las vamos echando en un bol grande.
Cubrimos las habas con abundante agua y al cabo de una o dos horas las sacamos de ese agua y las pasamos por el chorro del agua fría para quitar la suciedad que puedan contener.
Las volvemos a poner en el bol, que habremos aclarado, y las cubrimos otra vez con abundante agua y un chorreón de anís y las dejamos así entre 24 y 36 horas. Vigilamos de vez en cuando, al principio, por si hace falta echar más agua, tienen que estar cubiertas.
Ahora viene lo más engorroso, quitarles la piel a las habas, para ello las colocamos en un colador grande para escurrirles el agua y una a una le clavamos un poco una uña y tiramos de la piel, separamos las dos partes de la semilla (cotiledones) y las vamos poniendo en una bandeja a la cual le hemos colocado papel absorbente.
Una vez que estén todas peladas y separadas las secamos un poco con más papel absorbente.
Las freímos en abundante aceite caliente, para esto es muy útil la freidora con su cestillo, hasta que estén bien doradas.
Sacamos las habas fritas, las colocamos en papel absorbente y las espolvoreamos de sal y ¡¡YA ESTÁN LISTAS PARA COMER!!
Las podemos guardar, si sobran, en botes de cristal bien cerrados.