Mi abuelita hacía a menudo los huevos con bechamel, porque sabía que nos gustaban mucho, mi madre no solía hacerlos, pero los de mi abuelita eran divinos.
Es una receta tan sencilla, que lo único que da un poco de trabajo es hacer la bechamel, eso sí, es muy importante que esté bien hecha, sin grumos, y sobre todo que no sepa a harina.
Para eso tienes que hacer un buen roux, que consiste en cocinar bien la harina en la mantequilla antes de echar la leche.
El huevo cocido o duro, como le suelo llamar yo, forma parte de muchísimas recetas de nuestra cocina en las que no es protagonista, como puedes ver en muchos guisos de legumbres, en los Garbanzos carmelitas, en el potaje de garbanzos y bacalao. En muchas ensaladas como en el Remojón granadino, en la Ensalada valenciana, en las Ensaladas de patata.....y en muchas recetas más.
Pero también hay recetas en las que el huevo duro es el ingrediente principal, como esta que hemos hecho hoy, en las Croquetas de huevo duro, o en los Huevos rellenos de atún.
Ingredientes: (Para 2 personas)
Para la bechamel:
400ml. de leche.
25g. de mantequilla.
25g. de harina.
Nuez moscada molida.
Pimienta molida.
Sal.
Para la receta:
2 Huevos.
Queso rallado para gratinar.
Modo de hacerlo:
Lo primero de todo es cocer los huevos. Pon agua en un cazo a calentar, cuando empiece a hervir añade los huevos y deja que se cuezan unos 8 o 10 minutos. Un truco para que la yema se quede en el centro es darles unos giros en el agua cuando los pongas en el cazo.
Una vez cocidos, ponlos en agua para que se enfríen.
La bechamel:
Pon una sartén al fuego y añade la mantequilla hasta que se funda.
Echa la harina y remueve con unas varillas hasta que cambie de color, (esto es hacer el roux).
Ves echando la leche y removiendo a la vez hasta que empiece a espesar, a fuego lento.
Espolvorea la nuez moscada, la pimienta y la sal, sigue removiendo, a fuego lento, hasta que la bechamel se despegue de las paredes.
Cuando los huevos estén fríos, quita la cáscara y córtalos por la mitad a lo largo.
Saca las yemas de los medios huevos y ponlas en un plato, aplasta con la ayuda de un tenedor.
Añade 3 o 4 cucharadas de la bechamel y une todo bien.
Rellena las claras con esta crema.
Pon en una fuente de horno unas cuantas cucharadas de bechamel.
Coloca sobre ella los huevos rellenos y cúbrelos con el resto de la bechamel.
Espolvorea toda la fuente con queso rallado y gratina en el horno hasta que esté el queso fundido y dorado.
Sirve caliente.
También puede tomarse en frío, pero para mi, la bechamel si está caliente está más cremosa y rica.
Espero que te guste.
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Fuente: este post proviene de Mandarinas y Miel, donde puedes consultar el contenido original.
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