Hoy os traigo una receta muy antigua, no se si la conoceréis. Se trata de los huevos tontos.
Según dicen el origen de la receta se sitúa en la ribera del Ebro de Zaragoza y Tudela. Es a base de pan, y para mas detalles de pan duro, el que sobraba en los hogares.
Por lo visto la pobreza y el hambre agudizaba la sabiduría de aquellas amas de casa de entonces, y con poquísimo costo eran capaces de cocinar para toda la familia, aprovechando lo que tenían y el pan, era por aquel entonces muchas veces de lo único que disponían, así que había que aprovecharlo, ahora diríamos reciclarlo, porque en que veáis la receta, seguro que me dais la razón.
INGREDIENTES:
500 gr. de pan del día anterior o duro
2 huevos
4 dientes de ajo muy picados (o los que tu quieras)
aceite
perejil picado
agua
sal
ELABORACIÓN:
Remojar el pan con agua, de forma que quede bien empapado pero no tanto para que rezume.
Agregar los huevos, sal, los ajos y un poco de perejil. Remover toda la mezcla enérgicamente con tenedor: Continuar hasta lograr una mezcla que sea consistente y homogénea. Déjalo que repose por lo menos una hora, así tomara mas gusto.
Poner aceite a calentar y cuando comience a humear, hacer porciones pequeñas de la masa con dos cucharas y freírlos hasta dorar. Ir poniéndolos en papel absorbente para no tomar tanto aceite.Y esto son los huevos tontos...
Los huevos tontos antiguamente se decía que era cena de engaño, llena-barrigas; ahora puede ser una excelente guarnición para carnes o pescados en salsa, aunque tomados solos son un plato excelente. En casa nos gustan mucho, yo los conozco de toda la vida. ¿Vosotr@s los conocíais?
NOTAS:Un truco para mejorar los huevos tontos es mojar el pan en leche en vez de agua, o mitad agua, mitad leche. También le puedes añadir a la masa unas migas de bacalao, están riquísimos.
¡¡Buen provecho!!