Como ya estamos a viernes y nos preparamos para el finde, te traigo un hummus para el aperitivo.
Es una de las recetas de la cocina árabe más internacionales y consumidas en todo el mundo. El hummus (???? ) es básicamente una pasta o crema de garbanzos aliñada con limón, ajo, aceite de oliva y una pasta de sésamo conocida como salsa tahina o tahini. Se sirve frío y acompañado de pan de pita, pero quien dice pita dice nachos, galletitas saladas o unas tostadas del pan que más te guste. A mi por ejemplo el pan de pita no me dice nada...
Es muy fácil de hacer y si no conoces la salsa tahini no te preocupes porque no hace falta que te vuelvas loco buscándola por ningún comercio especializado. Puedes hacerla tú mismo con semillas de sésamo o ajonjolí (en cualquier supermercado en la sección de especias), y un poco de agua.
Ingredientes:
- 1 bote de garbanzos cocidos (400 gr.)
- 1 o 2 dientes de ajo
- 1 o 2 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharadas de salsa tahini
- el zumo de un limón
- algunas cucharadas de agua
Salsa tahini:
- 2 cucharadas soperas de semillas de sésamo (ajonjolí) tostadas.
- 2 o 3 cucharadas de agua
Elaboración:
1. Empezamos haciendo la salsa tahini triturando las semillas de sésamo con un par de cucharadas de agua. Si se necesita más se añade un poquito más de agua.
Si has comprado semillas de sésamo sin tostar necesitarás pasarlas por la sartén sin gota de aceite y remover continuamente para evitar que se quemen, sólo hay que tostarlas.
La textura de la salsa tahini debe ser parecida a la mostaza. En este caso no es tan importante porque luego volveremos a triturarlo todo con los garbanzos.
2. Escurrimos los garbanzos del bote en un colador y los pasamos por agua para eliminar todo el líquido que trae el envase.
3. En el vaso de la batidora ponemos todos los ingredientes: los garbanzos, el tahini, los dientes de ajo, el limón exprimido, aceite, un poco de sal y trituramos.
Si queda demasiado espeso añádele un poquito más de agua y vuelve a triturar. Debe quedar un puré tirando a espeso pero sin pasarse. Pruébalo de sal y rectifica si hace falta.
Ahora solo queda ponerlo en un plato o cuenco y meterlo en la nevera para tomarlo muy frio. A la hora de servir se le puede añadir un hilito de aceite de oliva por encima y según los gustos un poco de pimentón dulce o picante, un poco de perejil picado, cominos, orégano o algunas semillas de sésamo.
¡Hasta mañana!