Bon appétit amig@s,
Hoy vamos con una especialidad tradicional de muchos países europeos como Austria, Suiza, Alemania y Alsacia (Francia). La forma de este bizcocho se asemeja mucho a las montañas tan características de estos países y para ello es aconsejable utilizar un molde adecuado con paredes altas para que el bizcocho pueda tener esta forma. Tradicionalmente considerado como dulce navideño, en mi casa está siempre presente en nuestra mesa para estas fechas tan señaladas.
Se asemeja mucho al pandoro ó al brioche pero su aroma inconfundible a ron y el sabor a la mantequilla que lleva hace de este bizcocho único con una suavidad delicada que hará las delicias de todos los paladares.
El único inconveniente en su elaboración es el tiempo. Como buena masa fermentada tiene que levar dos veces y entre una cosa u otra, se nos va mediodía en hacerlo, pero desde luego merece la pena.
Ingredientes:
400 gramos de harina (mitad de fuerza y mitad normal)
100 gramos de azúcar
Un sobre de azúcar vainilla
Una pizca de sal
2 Yemas y 1 huevo entero
90 gramos de mantequilla
Una cucharada de ron
150 ml de leche
20 gramos de levadura fresca
80 gramos de pasas
Almendras crudas
Empezamos por diluir la levadura fresca de panadería en la leche que tiene que estar tibia. En un cuenco grande mezclamos al principio 300 gramos de los 400 gramos de harina (reservamos los 100 gramos restantes para añadírselo a la masa a medida que vayamos amasando con las manos) junto al azúcar, el azúcar vainilla y la pizca de sal.
A continuación vertemos la leche con la levadura diluida y mezclamos. Terminamos añadiendo las 2 yemas, el huevo entero, la mantequilla cortada en cubitos y el ron.
Ahora toca amasar. Si tenéis un robot, perfecto, si no, lo hacemos a mano. Resulta al principio una masa tremendamente pegajosa pero iremos añadiendo poco a poco el resto de harina que habíamos reservado y de esta manera conseguimos amasarla bien durante unos minutos hasta lograr una masa suave, brillante y que se despegue de las manos.
La ponemos en un bol grande, la cubrimos y dejamos levar unas 2 horas hasta que doble por lo menos de tamaño.
Seguidamente le quitamos el aire y añadimos las pasas. Amasamos un poco para integrarlas bien y formamos un aro. Engrasamos el molde y colocamos una almendra cruda en cada pliegue del fondo. Encima colocamos el aro de masa y dejamos de nuevo reposar una hora para que suba otra vez.
Precalentamos nuestro horno a 180 grados y horneamos el bizcocho unos 30-40 minutos.
Dejar bien enfriar antes de desmoldar y espolvorear con azúcar glas para darle el aspecto de auténtica montaña nevada.
¡Qué delicia!
Bon appétit mama