Entre semana me limito a tomar un café con leche y unas tostadas para desayunar, pero los fines de semana llega ese maravilloso momento en el que te despiertas con ganas de acompañar el café con algo diferente y a poder ser siempre casero.
Hay veces que te apetece chocolate, otras no…pero cuando no apetecen unas magdalenas hechas en casa? Clásicas, con naranja y canela, con arándanos, almendra miel y limón, de chocolate negro… o estas que he hecho añadiendo nata (crema de leche) para montar en la masa. Simplemente perfectas.
Llevaba tiempo pensando en hacerlas, pero cuando hace un mes fui a Madrid y paseando por el rastro me crucé con la caja bonita de Cola Cao de la foto… visualicé la magdalena a su lado.
Me salen alrededor de 20 magdalenas grandes, y cuando se enfrían las congelo por separado y luego las junto en una bolsa. Sólo hace falta sacarlas 20 minutos antes y las tienes listas para desayunar cuando quieras.
Con esta receta quedan muy esponjosas y con ese punto denso que a mí me gusta, está basada en la de magdalenas clásicas que fue una de las primeras recetas del blog. Divinas.
INGREDIENTES
5 huevos
275gr de azúcar
350gr de harina
190ml aceite de oliva
125ml nata (crema de leche) para montar a temperatura ambiente
1 sobre de levadura
Ralladura de una naranja
ELABORACION
Precalentamos el horno a 220
Batimos los huevos con el azúcar con paciencia hasta que resulte una mezcla espumosa y haya triplicado el volumen.
Por el lateral del bol y sin dejar de batir echamos el aceite en forma de hilo poco a poco para que no nos salpique.
Cuando esté integrado el aceite haremos lo mismo con la nata (crema de leche).
Tamizamos la harina junto a la levadura e incorporamos en dos veces a la masa.
Tapamos la masa con papel film al contacto para que no se forme una película dura y dejamos reposar dos horas.
Pasado el tiempo distribuimos la masa en nuestros papeles de madalena sobre base (si no utilizáis una base estable como esta por ejemplo, los papeles no aguantan el peso y se desparrama la masa).
Metemos en el horno durante los primeros 10 minutos a 220 y bajamos a 180 durante 15 minutos más o hasta que pinchemos en el centro y el palillo salga limpio.
Sacamos del horno y dejamos enfriar por completo para comer o congelar.
Y a disfrutar!