Para mí la feria es sinónimo de calor. Soy de Ceuta y allí es la primera semana de agosto, así que desde hace diez años que vivo en Los Barrios, la feria es diferente, porque se celebra justo esta semana y aunque esta vez hace buen tiempo, ha habido años que hacía frío, con lo cual era una feria diferente a lo que yo acostumbraba.
Lo que nunca cambia en las ferias y me encanta desde que era pequeña, son las manzanas caramelizadas y el algodón de azúcar. Últimamente tengo que reconocer que también se ha incorporado a mi colección de favoritos, las patatas rellenas y los buñuelos con chocolate. Pero bueno, hace unos días me dijo mi niña que porqué no hacía manzanas como las de la feria y yo dije, porqué no? si hago las patatas y los buñuelos {y el algodón no, a falta de máquinita} yo creo que ya es hora de ponerme con este delicioso dulce.
Aprovechando que en el libro de Lorraine Pascal vienen unas piruletas de caramelo de colores, he adaptado un poco a mi gusto su receta y me han quedado unas manzanas ideales que hemos disfrutado en casa como niños, todos.
Lavamos y secamos bien con papel de cocina las manzanas. Preparamos unas fuente con papel vegetal y dejamos las manzanas reservadas.
Ponemos en un cazo al fuego 250g de azúcar, 130 ml de agua y 130g de sirope de arce {golden syrup} a calentar a fuego medio. Movemos de vez en cuando con muchísimo cuidado de no salpicarnos y cuando el azúcar se haya disuelto del todo subimos el fuego para que hierva y reduzca. Lo tendremos así unos 10 minutos, hasta que caramelice y coja color marrón claro. Podemos comprobar que está listo, cuando metemos la punta de un cuchillo en la mezcla e inmediatamente la ponemos en un vaso con un poco de agua, si al contacto con el agua se endurece inmediatamente está en su punto.
En ese momento apartamos del fuego y echamos unas gotas de colorante en gel rojo {el mío rojo intenso de Wilton} y un chorrito {como una cucharada} de aroma de algodón de azúcar.
Pinchamos cada manzana por el rabito con un palito para hacer piruletas o cake pops, e introducimos con cuidado en el cazo del caramelo, procurando que quede cubierta por todas partes, aunque sin que sea una capa demasiado gruesa, para que después la podamos comer fácilmente.
Este paso lo tenemos que hacer con rapidez, con el caramelo aún bien caliente, porque empezará a espesarse conforme se enfría y será difícil entonces bañar las manzanas. {Si os pasa esto al final, volved a poner el cazo al fuego un poco}
Vamos colocando las manzanas en la bandeja con papel que preparamos, e introducimos un rato en la nevera. También se solidifican perfectamente a temperatura ambiente, pero si la manzana está fría, para mi gusto está más rica.