En la cocina actual es indispensable ya que, además de servirse sola, es la base de otras salsas. Si tenemos huevos, aceite, vinagre y sal, podemos elaborarnos nosotros mismos una exquisita mayonesa, aunque con mucho cuidado. Si quieres saber todo de ella, nosotros te lo contamos
Un poco de historia
Aunque existen varias teorías sobre su aparición. Por un lado parece ser que su nombre viene de Mahón, capital de la isla balear de Menorca que, a mediados del siglo XVIII, era un enclave estratégico del Imperio Británico. Una victoria de Francia sobre los ingleses durante la Guerra de los Siete Años se celebró con un banquete donde se deleitó a los invitados con una deliciosa salsa: mahonnaise.Algunas fuentes, por otro lado, señalan Bayona (Francia) como lugar de procedencia ya que la bayonnaise era la especialidad local. También se dice que el nombre viene del verbo manier, que significa manipular en francés relacionado, en este caso, al trabajo que requiere la elaboración de la misma.
La receta
Sea cual sea su origen, de lo que no cabe duda es que se trata de uno de los ingredientes más populares en la cocina internacional. ?Qué sería de la ensaladilla rusa sin su toque? ?De las ensaladas, las verduras, los rellenos, los mariscos? Además, es muy recurrente para hacer más jugosos los bocadillos, sándwiches y hamburguesas. Además, con la base de mayonesa también se preparan otras salsas.La yema de huevo, el aceite de oliva, la sal y el vinagre son los pilares de la receta. Sin embargo, la mayonesa también se puede preparar con el huevo entero, sustituir o complementar el toque ácido del vinagre con zumo de limón, cambiar el aceite de oliva por otro de sabor menos intenso -girasol o maíz- o añadir leche para aligerar la salsa. Todo depende de los gustos de los comensales.
Trucos para prepararla
Es importante que todos los ingredientes estén a la misma temperatura, a ser posible, temperatura ambiente.
La proporción es de un vaso de aceite por cada huevo, aproximadamente.
Aunque hoy en día se suele elaborar con batidora, la mayonesa se puede hacer a mano con tino y paciencia. Para ello batiremos primero los huevos con el vinagre y la sal. Poco a poco incorporaremos el aceite, gota a gota, hasta que vaya emulsionando.
Para que la mayonesa no se corte, al emulsionar los huevos con el aceite, hemos de intentar batir al mismo ritmo y en el mismo sentido.
Es más fácil conseguir nuestro objetivo si primero añadimos el aceite gota a gota. A medida que vaya cogiendo cuerpo, cambiaremos las gotas por un chorrito fino.
Si utilizas batidora eléctrica, has de mantener el brazo de la misma inmóvil ya que, de lo contrario, la salsa se cortará.
Utiliza huevos limpios y evita que caigan pedazos de cáscara en la salsa para minimizar un posible riesgo de intoxicación.
Si te pasas de vinagre, de limón o de sal, un chorrito de leche te sacará del apuro.
Salsas derivadas de ella
Salsa rosa: ideal para mariscos y pescados, se prepara rápidamente mezclando mayonesa con ketchup. Sin embargo, la salsa rosa original incorpora a la mayonesa los siguientes ingredientes: tomate triturado, zumo de naranja, coñac, salsa perrins y una gota de tabasco.
Salsa tártara: originaria de pueblos bárbaros y muy popular en Centroeuropa, se utiliza para aderezar carnes, especialmente a la parrilla. La fórmula más sencilla consiste en mayonesa, pepinillos en vinagre y mostaza, pero también se suele preparar con anchoas, remolacha, huevo cocido picado o alcaparras.
Salsa verde: también típicamente centroeuropea, en este caso la mayonesa se mezcla habitualmente con espinacas y especias. Se atribuye su procedencia a los Estados Vaticanos.
Salsa flamenca: procedente del sur de España, se prepara con tomate y pimiento.
Recetas con mayonesa
Mayonesa
Mejillones con mayonesa
Merluza al horno con mayonesa
Patatas asadas con salsa tártara
Ensaladilla rusa
Huevos rellenos
Salsa rosa
Salsa tártara
Sándwich light de atún
Congrio en salsa verde