Es una receta muy habitual en los bares de tapas y que puedes preparar en tu casa sin ningún problema. Lo importante es que el producto sea fresco y de calidad. Su limpieza, su cocción y su preparación influirán en el resultado final.
Ingredientes
(Para 4 personas)
2 kilos de mejillones
1 limón
2 hojas de laurel seco
Aceite de oliva
Opcional: ajo y perejil para el aliño
Preparación
Lo primero que debéis hacer es limpiar los mejillones y desechar todos aquellos que estén abiertos o rotos. Con la salud no se juega.
Con un cuchillo rascad toda la cáscara y eliminad las barbas que tienen los mejillones, tirando de ellas. No os costará demasiado trabajo quitarlas y de esta forma tendremos los mejillones más limpios.
Después, cortad la piel del limón y la reserváis. En una cazuela grande echad agua, unos dos centímetros, no mucho más. No penséis que necesitaréis más agua por poca que os parezca, ya que los mejillones, durante la cocción, soltarán el agua de su interior y al final os encontraréis con una buena cantidad de líquido en la cazuela.
Añadís la piel del limón en trozos, el laurel, y metéis los mejillones.
Los tapáis, subís el fuego a fuego medio y contad 10 minutos desde que el agua rompa a hervir. Entonces retiráis la olla del fuego y sacáis los mejillones. Ahora tendréis que tirar aquellos que no se hayan abierto.
Quitad la cáscara al mejillón y dejad sólo aquella en la que está la carne. Ponéis los mejillones en una bandeja y los aliñáis con un poco de limón y un poco de aceite de oliva.
También podéis preparar una picadita de ajo y perejil y lo mezcláis bien todo con un chorro de aceite y tiráis este aliño por encima cuando lo servís.
Esta receta que os he dado es la básica pero hay muchas variantes: utilizando vino blanco o cerveza, en lugar de agua, durante la cocción, con pimentón, al estilo Belga,… pero eso ya os lo contaré con detalle en otro momento.
¡Permitido chuparse los dedos!