En Castilla, durante la Reconquista la migas pastoriles fueron el sustento básico de las familias de los agricultores establecidos en los primeros núcleos de población estable situados al norte de la frontera del Duero y de los ganaderos trashumantes que descendían en busca de pastos.
Las migas de la cocina Ibérica permanecen en el olvido culinario de los recetarios desde el siglo XVII hasta que a finales del XIX, comienzos del XX la escritora gallega Emilia Pardo Bazán recoge y da autoría a algunas recetas clásicas, entre ellas describe las "Migas de la Academia" estas migas corresponden a las servidas regularmente en la Academia Militar de Toledo como un alimento típico de la milicia española hasta finales del siglo XIX.
Fuera de lo que recoge la historia, cuando yo pienso en migas llenan mis recuerdos esas migas tomadas al calor de la lumbre, en mi adolescencia, entre amigos, cantando "Las Pascuas" en Navidad y tomando con chocolate caliente por la mañana las que sobraban de la noche anterior. Llenan mis recuerdos las manos de mi padre, cortando el pan con paciencia, canturreando y preparando las migas mas finitas que yo he comido nunca para que me las llevara a mi casa (yo no se hacerlas así de bien), ahora por mucho que quisiera ya no podría hacerlas. Llenan mi cabeza momentos ya pasados, maravillosos, que alimentan mi alma y ponen mis sentimientos a flor de piel, por eso tenía muy claro cual seria mi receta para el reto La Cocina TS de este mes.
Os dejo la receta como yo la hago, que es como siempre la he visto preparar a mi madre.
Ingredientes (para 6 personas):
1 pan redondo, que lo habremos dejado asentar un par de días (ahora en cualquier supermercado podemos encontrar las migas ya cortadas, listas para preparar), 4 dientes de ajo, 1 chorizo de sarta de buena calidad, 250-300 gr. panceta fresca, 1 huevo frito por persona, uvas, sal, AOVE. Yo suelo hacerlas con estos ingredientes pero mi madre pone algunas veces pimiento verde frito, boquerones fritos... a vuestra elección.
Elaboración:
En una sartén grande (para poder moverlas muy bien) echamos AOVE que cubra el fondo sin excedernos, freímos los ajos, la panceta y el chorizo (yo lo hago por separado, primero los ajos, luego la panceta y finalmente el chorizo), y reservamos en un plato.
Ponemos en el mismo aceite un puñado de migas y damos vueltas para que se impregne bien todo el aceite. Añadimos medio vaso de agua o un poquito mas y sal al gusto y seguidamente echamos el resto de las migas.
Paciencia y muchas vueltas hasta que estén todas bien fritas y queden sueltas. Unos 8-10 minutos antes de terminar añadimos lo que teníamos reservado en el plato para que se mezcle todo muy bien según vamos dando vueltas a nuestras migas.
Preparamos los huevos y las uvas.
Servimos y listas para tomar y disfrutar de este maravilloso plato.
Esta es mi aportación para #enunlugardelaMancha, el resto de las rectas pinchando este enlace.