Es tiempo de tomates! Y yo tengo la casa llena de tomates del huerto de mis padres, ya llevo unos cuantos días haciendo mermeladas y conservas para intentar darles salida.
El otro día mientras estaba haciendo una de esas mermeladas se me ocurrió que podría hacer algo de pastelería salada con la mermelada de tomate y empecé a darle vueltas a ver que podía hacer, de pronto me vino a la cabeza lo bien que combina esta mermelada con los quesos y pensé en hacer una mousse de queso brie con la mermelada de tomate en su interior. Ya solo me faltaba algo que aportara un toque crujiente y se me ocurrió hacer un sablée con orégano y semillas de amapola.
El resultado final es una maravilla, tanto si lo servimos como postre o como aperitivo, el éxito está asegurado.
Para hacer este postre he utilizado un molde de silicona de 12 cavidades rectangulares, cada una mide 8 cm de largo, 3 cm de largo y 3 cm de alto.
Ingredientes (para 4 unds)
Para la mousse de Brie
240 gr de queso Brie, 60 gr de leche, 6 gr de gelatina, 24 gr de nata (crema de leche), 120 gr de nata (crema de leche) semimontada.
Para la mermelada de tomate gelificada
150 gr de tomates (pelados y sin pepitas), 90 gr de azúcar, 15 gr de zumo de limón, 4 c/p extracto de vainilla, 1 gr de agar agar.
Abreviaturas: c/p = cucharada de postre
Para el sablée de orégano y amapola
125 gr de harina, 63 gr de mantequilla, 3 gr de sal, 7 gr de azúcar, 16 gr de huevo, 18 gr de leche, 0,5 gr de orégano seco, 2 gr de semillas de amapola.
Elaboración
Primero preparamos la mermelada de tomate, cogemos los 150 gr de tomates (pelados y sin pepitas) y los troceamos a dados, los ponemos en una olla junto con el azúcar, el zumo de limón y el extracto de vainilla. Ponemos la olla al fuego y vamos removiendo de vez en cuando, cuando empiece a hervir bajamos el fuego al mínimo y dejamos cocer 10 minutos, pasados estos diez minutos añadimos el agar agar mezclamos bien y dejamos cocer 1 minuto más, retiramos del fuego y rellenamos los moldes rectangulares hasta una altura de 1 cm y congelamos.
Cuando este bien congelada desmoldamos y cortamos por la mitad a lo largo, después recortamos 1 cm de cada lado y reservamos las piezas en el congelador.
Ahora preparamos la mousse, en un bol ponemos el queso (sin la corteza) con la leche y mezclamos bien con las varillas hasta obtener una textura cremosa. En otro bol calentamos la nata (crema de leche) y disolvemos en ella la gelatina (previamente hidratada y bien escurrida). Mezclamos con el queso. Semimontamos la nata (crema de leche) y la incorporamos a la mezcla anterior poco a poco con ayuda de una lengua, la incorporaremos en dos o tres veces con movimientos envolventes.
Metemos la mousse en una manga y rellenamos los moldes rectangulares hasta la mitad, sacamos los interiores de mermelada que cortamos anteriormente y los vamos colocando encima de modo que queden centrados y presionamos ligeramente para que queden bien asentados, a continuación seguimos rellenando con más mousse hasta llegar arriba y alisamos con la espátula. Congelamos hasta el día siguiente para que quede todo bien unido.
Al día siguiente empezamos preparando el sablée, en un bol amplio mezclamos la harina, el azúcar y la sal con la mantequilla en pomada, a mano hasta que adquiera un aspecto arenoso y añadimos las semillas de amapola y el orégano. A continuación añadimos el huevo y la leche y mezclamos bien hasta que podamos formar una bola de masa, no amasaremos esta bola para evitar que adquiera flexibilidad. Tapamos con papel film y dejamos reposar en la nevera durante 2 horas.
Cuando haya reposado la masa la estiramos y recortamos rectángulos de 8,5 x 3,5 cm (yo me equivoque y los corte a la misma medida que la mousse, pero el conjunto queda más bonito si los cortamos un poco más grandes que la mousse). Horneamos a 175 ºC durante 12 minutos aproximadamente. Dejamos enfriar.
Una vez fríos, los untamos con un poco de mantequilla salada para que actúe como si fuera pegamento y se nos aguante la mousse encima. Ahora sacamos la mousse del congelador, desmoldamos y colocamos sobre las bases. Finalmente decoramos con unos dados de tomate y unas hojas de orégano fresco.