Volviendo a la tarta en sí, me siento en la obligación de contaros que está requetebuenísima . No se necesita horno ni ingredientes rebuscados, solo un poco de previsión para que la mousse tenga tiempo de cuajarse. La combinación de chocolate y queso es pura tentación y la textura esponjosa y aireada es simplemente divina. Mejor, paso a la receta y lo comprobáis vosotros.
INGREDIENTES:
1 base de bizcocho de 26 cm de diámetro
250 gr de queso crema (tipo philadelphia)
500 ml de nata (crema de leche) para montar
2 huevos
150 ml de leche
6 hojas de gelatina
170 gr de azúcar blanca
40 gr de azúcar glas
Para la decoración:
150 ml de nata (crema de leche) para monar
70 gr de queso crema (philadelphia)
60 gr de azúcar glas
ELABORACIÓN:
1. Comenzamos preparando la mousse. En primer lugar, separamos las yemas de las claras del huevo y reservamos estas últimas. A continuación, ponemos a fuego medio un cazo con las yemas, la leche, el azúcar blanca, el queso (ligeramente chafado) y el chocolate en trocitos. Removemos continuamente con unas varilla para que los ingredientes se integren, incluido el chocolate que deberá derretirse completamente. Mientras, tendremos las hojas de gelatina (cola de pescado) a remojar en agua fría, deberán hidratarse unos cinco minutos antes de utilizarlas.
2. Una vez que los ingredientes de la mousse estén perfectamente integrados, escurrimos y añadimos las hojas de gelatina de una en una. Damos unas vuelta con las varillas para que se disuelvan y retiramos la mezcla del fuego. Dejamos que pierda calor (sin que llegue a cuajar) en un recipiente o bol grande.
3. Por otra parte montamos la nata (crema de leche). Para que quede perfecta os recomiendo que leáis los consejos que os doy en este post: trucos para montar la nata (crema de leche) rápido y sin esfuerzo. Una vez lista, reservamos en la nevera y nos ponemos a trabajar las clara de huevo. Simplemente tendremos que montarlas con ayuda de unas varillas eléctricas agregándole el azúcar glas.
4. Una vez que la mezcla de choco-queso haya perdido bastante calor, le añadiremos la nata (crema de leche) y las claras montadas. Lo haremos en tres o cuatro veces, comenzando por la nata (crema de leche), con movimientos envolventes de abajo hacia arriba. Es un paso clave al que debemos prestar especial cuidado, de lo contrario, la mezcla no quedaría esponjosa y por tanto no tendría textura de mousse.
5. Llega el momento de montar nuestra tarta de choco-queso. En el fondo de un molde desmontable de 26 cm de diámetro colocamos la base de bizcocho. Esta base se puede sustituir por la típica de galletas con mantequilla, similar a la que utilicé en mi última mousse (VER AQUÍ). Encima vertemos la crema de choco-queso y alisamos la superficie con una lengua de cocina o en su defecto con el dorso de una cuchara. Dejamos que la mousse cuaje en la nevera entre seis y ocho horas (yo suelo hacerlas de un día para otro).
6. Una vez que tengamos la tarta cuajada, pasamos un cuchillo por los bordes y retiramos el aro del molde. Para decorar, montamos la nata (crema de leche) añadiendo el queso crema y el azúcar (se agregan cuando la nata (crema de leche) está semimontada) que le darán sabor y estabilidad. Introducimos la mezcla en una manga pastelera con boquilla de estrella (o la que prefiramos) y decoramos la superficie de la mousse.
¡Buen provecho!
Nos vemos en la siguiente publicación, mientras podéis encontrarme en mi página de Facebook , en Google +, Pinterest e Instagram.