Hace unos días me estrené con los pomelos para preparar el queso fresco con gelatina de pomelo. Como no tenía ni idea de cuántos iba a necesitar, compré 4 y me sobraron. Con lo ácido que es el pomelo no me atrevía a tomarlo en zumo, así que empecé a darle vueltas a la cabeza para ver qué podía hacer con ellos...
Y aquí está el resultado: una mousse que además de pomelolleva limón y fresas, así que viene cargada de vitamina C.
INGREDIENTES (para 9 raciones):
Zumo de pomelo: 350 mililitros.
Azúcar: 90 gramos.
Ralladura de limón: 1 cucharada.
Fresas: 250 gramos.
Leche condensada: 200 gramos.
Nata (crema de leche) 35% M.G.: 200 gramos.
Huevos: 3.
Gelatina en hojas: 3.
ELABORACIÓN:
En un recipiente con agua fría ponemos 5 minutos las hojas de gelatina para hidratarla.
Mientras se remojan hacemos el zumo de pomelo,lo colamos y lo echamos en un cazo con el azúcar. Calentamos a fuego medio hasta que alcance los 60ºC. Si no tenemos termómetro de cocina tendremos que estar atentos para que no llegue a hervir.
Mientras se calienta, removemos para que el azucar se vaya deshaciendo y no se pegue al fondo.
Cuando el zumo está caliente, escurrimos la gelatina y la añadimos al zumo, removiendo bien para que se deshaga. Dejamos que la mezcla se enfríe.
En un bol grande, mezclamos la leche condensada con las yemas de huevo. Reservamos las claras.
Lavamos las fresas y las cortamos en trocitos.
Cuando el zumo de pomelo esté frío lo echamos en el bol de la leche condensada y removemos con unas varillas para que se mezclen bien.
Montamos la nata (crema de leche) muy fría con las claras de huevo y un pellizco de sal. Cuando estén al punto de nieve las añadimos al bol donde está el resto de la mezcla y mezclamos con una pala de silicona con movimientos envolventes.
Añadimos las fresas y volvemos a mezclar.
Repartimos la mousse en los recipientes donde vayamos a servirla y los metemos en la nevera hasta que se enfríen.