La mezcla de naranjas y fresas siempre me ha vuelto loca. Normalmente, mientras la gente come las fresas con nata (crema de leche), yo me preparo un buen vaso de zumo de naranja, pico las fresas y las dejo en la nevera durante un ratito para que se mezclen los sabores. Una delicia. Con esta idea en la cabeza, se me ocurrió cambiar el zumo por una mousse y el resultado ha sido buenísimo. Es un postre fácil e ideal para los días calurosos de verano. ¿No queréis probarlo?
¿Qué necesito?
300 ml. de nata (crema de leche) para montar
2 naranjas3 hojas de gelatina sin sabor
2 cucharadas de azúcar glas
250 grs. de fresas
¿Cómo lo hago?
Antes de nada ponemos a hidratar las hojas de gelatina en un bol con agua hasta que estén blanditas.
Mientras tanto, exprimimos las naranjas y ponemos el zumo en un cazo a fuego bajo. Añadimos la gelatina y revolvemos hasta que se disuelva. Reservamos.
Montamos la nata (crema de leche) con ayuda de la batidora y cuando casi esté empezamos a añadir, lentamente el zumo de naranja, que ya estará casi frío, hasta que todo esté bien mezclado.
Ahora vamos a preparar nuestros vasitos. Lavamos y picamos en trozos pequeñitos las fresas, reservando algunas para decorar. Colocamos los trocitos en el fondo de cada vaso y después añadimos la mousse.
Dejamos reposar en la nevera unas 3 horas y listos para comer.