Si tus ensaladas son así pues ¡ya es hora de cambiar eso!
Vamos a empezar con lo básico. Hojas de ensalada. Si lo único que usas es lechuga troceada vas a aburrirte en seguida. Intenta con una bolsita de hojas variadas, prueba espinacas, prueba con canónigos, pruebalos todos juntos.
Recuerda que casi todas las verduras y hortalizas valen en ensalada. Puedes cambiar pepino por calabacín si quieres que cruje, añade rábano para un poco de pique, utilizar champiñones crudos y laminados (mejor aliñados de antemano), zanahoria rallada, pimientos de todos los colores…
El queso es otra opción. Personalmente me gusta utilizar algo con un sabor fuerte, como un queso azul o un queso feta.
Otra cosa a tener en cuenta son los frutos secos y semillas. Las pipas aportan mucha textura a las ensaladas.
Casi se me olvida la fruta, la fruta aporta un toque dulce y o ácido a las ensaladas. A mí suegra le gustan los gajos de naranja, yo prefiero las granadas o los arándanos. Manzanas y peras son unas opciones mas tradicionales sobre todo acompañados de queso azul y nueces.
¡Que no se te olvide variar los aliños! Puedes cambiar la vinagreta clásica utilizando distintos vinagres (balsámico, jerez, frutas…) o cambiando el vinagre por zumo de limón. O puedes ser mas radical todavía y utilizar mostaza y miel. Aquí esta mi aliño preferido que esta especialmente bueno con ensalada de lentejas.
1 cuchara sopera de vinagre balsámico
1 cucharadita de tahín
1 cucharadita de mostaza dijón
3 cucharas soperas de aceite de oliva virgen extra
Bate todo junto, dejar reposar 5 minutos, bate de nuevo y añadir a la ensalada.