Lo divertido de cocinar es que siempre a una receta podemos darle nuestro toque personal y con un poco de imaginación y coraje renovar un clásico de siempre de forma deliciosa y sencilla.
Es verdad que mi día a día suele ser muy agotador, lleno de actividades y responsabilidades por cumplir pero llegar al oasis de mi cocina me llena de paz y energía, inventar , jugar e imaginar es la premisa al lado del fogón y eso me divierte muchísimo. Por eso en cada receta que comparto con todos ustedes siempre les animo a que pierdan el miedo a cocinar y a que puedan disfrutar y compartir la comida hecha en casa.
Y cuando hablo de comida hecha en casa la estrella es la pasta casera, es que no hay como la hecha en casa, salvo que sea hecha en casa de la nona, la tía o hasta en casa de la suegra.
INGREDIENTES
2 yemas
150 gramos de harina
500 gramos de ricota
1 taza de espinacas blanqueadas
50 gramos de queso rallado
Sal y pimienta a gusto
Nuez moscada a gusto
Retirar los tallos de las espinacas y cocinarlas unos minutos apenas con el agua que hayan retenido cuando las lavamos.
Escurrirlas bien y procesarlas junto con la ricota, luego añadir las yemas de huevo el queso rallado y la harina, condimentar con sal, pimienta y nuez moscada.
Integrar sin amasar mucho y formar un bollo que dejaremos descansar en la heladera unos 30 minutos, podemos aprovechar este tiempo para ir preparando la salsa con la que acompañaremos los ñoquis.
Retirar la masa de la heladera y colocarla sobre la mesa enharinada , ir formando largos cilindros que luego iremos cortando para dar forma a los ñoquis, podemos pasarlos por el tenedor para darle la clásica forma o sencillamente solo cortar los pequeños cilindros y nada mas. A medida que vamos dando forma a los ñoquis conviene ir colocando la pasta sobre una bandeja enharinada para que no se peguen entre si.
Cocinar en abundante agua hirviendo con sal hasta que salgan a la superficie.
Servir acompañados de una sencilla salsa de tomates o solo con un poco de manteca espolvoreados con queso parmesano.