Este postre tiene origen en Castilla La Mancha, concretamente de Ciudad Real. Se cuenta que se creó en los conventos de los monjes calatravos cuya orden se establecía en esta provincia de la Mancha.
Es una receta de aprovechamiento, un tipo de pudin o flan al que se le añade pan duro, bizcocho o lo que tengáis por casa. De ésas tradicionales, que se pasan de una generación a otra y se convierte en estandarte de regiones como la citada anteriormente, aunque también es popular en Murcia.
En Castilla la Mancha, concretamente en Calzada de Calatrava, nació nuestro director de cine y manchego más internacional, Pedro Almodóvar. Un ejemplo de cine con huella personal que ha roto moldes y esquemas a su paso por el mundo del celuloide con sus películas. Partícipe y emblema de la movida madrileña de los años 80, encuentra en el cine un modo de expresión de sus ideas más transgresoras para la época, sorprendentes y a la vez naturales junto a un lado tradicional, arraigado en sus raíces manchegas que nos muestra en películas como "Volver" cuando regresan al pueblo y se ven mujeres limpiando las tumbas en el día de Todos los Santos o sentadas en un callejón junto a la puerta, haciendo labores de costura.
También pudimos ver un retrato fílmico de su infancia en "Dolor y Gloria" con mujeres lavando ropa en el río mientras cantan o su vida cotidiana en las casas-cueva donde vivían las familias humildes de los años 60 en diversos municipios de provincias españolas. Muchas fueron derribadas con los años y fue complicado encontrarla para el rodaje, situando en Paterna, el desarrollo de su infancia que nos narra Almodóvar en el film.
Almodóvar es uno de esos directores que hace cine de mujeres, en el sentido que sabe retratarlas como pocos. Generaciones de mujeres que plasma en cada película captando esa esencia en la que muchas nos reconocemos y emocionamos. Escenas entre abuelas, madres, hijas o nietas, que nos muestran situaciones cotidianas y peculiares momentos de nuestras vidas.
Algunos diálogos son reveladores y otros surrealistas, aunque si hay algo claro, es que no puedes dejar de atender a la pantalla porque puede suceder cualquier cosa, no sabes hacia dónde puede ir la historia que ellas mismas te van contando.
Gracias a iniciativas como Food Fiction Division en Instagram, se crean retos como éste que nos hacen reflexionar al buscar recetas inspiradas en nuestro cine y concretamente en el de Almodóvar.
¿Por qué esta receta?
Porque al igual que hizo en Dolor y Gloria, regreso a los orígenes con un postre tradicional de su tierra, que viene de recetas de aprovechamiento. Una vez leí en una entrevista que adoraba el color porque su madre pasó muchos años de luto. Los tonos rojos no faltan nunca en sus filmes y hoy lo he querido plasmar en mi receta con toque de frambuesa en este postre popular manchego.
En mi caso le añadí bizcochitos savoiardi o de soletilla, que me sobraron de un tiramisú y el resultado es delicioso. La textura de los bizcochitos se funde con el flan y se convierte en un postre suave y jugoso del que disfrutar en cualquier momento.
¡Pasamos a la receta!
Ingredientes: Molde rectangular pequeño
- 500 ml leche
- 5 huevos
- 150 grs. azúcar
- 10/12 savoiardi o un trozo de bizcocho
- Corteza de medio limón
- 1 rama de canela
Para el caramelo:
- 100 grs. azúcar
- 1 cda. agua
- 1 chorrito de zumo de limón
* frambuesas para decorar
Preparación:
En primer lugar elaboramos el caramelo. En una sartén vertemos el azúcar con la cucharada de agua y el chorrito de limón. Dejamos que vaya tomando el color deseado. Lo vertemos en el fondo del molde y laterales. Cuando se enfríe, añadimos los savoiardi a trocitos.
Ponemos a infusionar la leche con la corteza de limón y la rama de canela. Una vez que hierva, dejamos templar unos 10 minutos y luego lo colamos.
Batimos los huevos junto al azúcar y, cuando esté bien disuelto todo, vamos añadiendo la leche ya templada poco a poco sin dejar de batir.
Vertemos el preparado en el molde. Preparamos una bandeja para el baño maría en la que introducimos agua caliente- El molde debe quedar en el centro y cubierto por al menos 3 centímetros por el agua.
Horneamos a 170 grados unos 45 minutos. Comprobamos que esté bien cocido con un palillo antes de retirarlo del horno. Lo dejamos enfriar en la rejilla hasta que esté templado antes de refrigerarlo.
Lo ideal es desmoldarlo al día siguiente. Podéis ayudaros con un poco de agua caliente en la base para ayudar al desmoldado. Con un cuchillo o puntilla repasamos los bordes y ya veréis que rápido se desmolda. Decoramos con frambuesas o la fruta que queráis. Un poco de nata montada (crema de leche) le va genial para acompañarla.
Refrigeramos hasta el momento de consumirlo. Conservar en recipiente hermético de 2 a 3 días.
¿Qué tal? ¿te ha gustado la historia de este postre popular ligado al cine de Almodóvar? ¿Te imaginabas esta relación?
Espero que te haya gustado este paso por Castilla La Mancha y esta receta tan sencilla de aprovechamiento que sólo pide un poco de tiempo de espera en el horno para poder disfrutarla. Reúne a tu familia y comparte un postre tan simple como delicioso a la vez. Estoy segura que os encantará.
Adoro el cine y no siempre tengo la oportunidad de escribir sobre películas o directores que admiro. Me encanta que una receta tire del hilo de todas estas ideas y sentimientos vividos a través de las películas. Hace que reflexione sobre ello para escribir este post y me siento recompensada por lo que he disfrutado recordando tantos momentos que han marcado mi etapa universitaria y de madurez como mujer. Gracias Pedro.
Si te gustan las recetas tipo pudin o flan, te recomiendo que visites las de tocino de cielo o tarta de queso con tocino de cielo, que son prácticamente un regalo de los dioses.
Vuelvo pronto con más recetas otoñales.
Un abrazo a todos.
Maribel García