Hoy vengo a traerte una receta muy sencilla, un pan casero sin amasado que sale delicioso, muy similar al pan de chapata que encuentras en muchos restaurantes pero en este caso yo lo he preparado con harina integral de espelta aunque tú puedes prepararlo con la harina que tengas más a mano, ya sea harina de trigo, harina de centeno o harina de espelta.
Mi relación con la panadería es una relación de amor odio desde hace mucho, y pocas recetas me acaban convenciendo de verdad. Por un lado he de reconocer que a diferencia de mi padre o mi marido, yo nunca he sido muy panera aunque si me gusta cenar un bocata o un buen pan con determinadas comidas.
Desde que me fui volviendo más consciente de la importancia de la alimentación y los ingredientes que se utilizan, he dejado de comprar muchas cosas, entre ellas la mayor parte de panes de los supermercados.
Siempre hay que leer las etiquetas de los ingredientes antes de elegir un pan, ver si nos engañan diciendo que es integral cuando en realidad no lo es, si le añaden salvado a una harina blanca para darnos el pego o si realmente nos están vendiendo un ultraprocesado disfrazado de pan sano.
De ahí que empecé a interesarme por el mundo de la panadería casera, empecé a comprar distintos tipos de harinas, todas integrales, de trigo, espelta, centeno… y si bien algunas veces me han quedado panes muy buenos, otras me han salido panes densos estilo al pan alemán, al que en España no estamos acostumbrados.
Ahí mis hijas empezaron a quejarse que no les gustaba mi pan y básicamente por pereza, ya que hacer pan es algo que supone organización y previsión, empecé a comprar en grandes cantidades pan del que realmente me gusta, congelarlo e ir sacando poco a poco.
Pero después de 20 días de estar confinados en casa he decidido volver a hacer pan, porque yo me quedo en casa y no pienso salir únicamente a por pan cuando aún tengo la despensa llena.
Notas varias:
La receta lleva las cantidades para harina integral, pero ten en cuenta cuando mires recetas por internet que la mayoría están pensadas para harina blanca así que si utilizas harina integral hay que añadir un 10% más de agua que si es harina blanca, en este caso serían los 40ml extra de agua, es decir, para 500g de harina blanca utilizaríamos 400 ml de agua.
Yo he utilizado levadura fresca de panadero que tenía desde hace meses en el congelador, pero puedes substituirla por levadura deshidratada de la que venden en sobres, únicamente asegúrate que es la de panadería no la química de hacer bizcochos.
Esta receta requiere mucho tiempo de reposo, eso hace que el pan quede mucho más sabroso y nos evita tener que amasar. De verdad que vale la pena la espera.
Yo hice la primera parte de la receta antes de acostarme, la segunda al acabar de desayunar y luego ya continué después de la merienda, teniendo el pan recién hecho a la hora de la cena. Eso si, en cada ocasión le he dedicado unos 5 minutos, con lo que el tiempo real que me ha llevado serían unos 15 minutos incluyendo el tiempo de sacar los ingredientes.
Ingredientes:
500g harina integral de espelta
440 ml agua
12g levadura fresca o 7g de levadura deshidratada de panadero
10g sal
Aceite
Preparación:
En un bol no metálico ponemos la harina tamizada (nos reservamos 2 cucharadas generosas para luego) y el agua en la que previamente habremos disuelto la levadura. No hace falta usar agua templada en esta receta.
Mezclamos bien con ayuda de una cuchara y lo metemos en la nevera a reposar 8-10 horas tapado. En mi caso han sido unas 12 ya que ha estado toda la noche.
Pasado este tiempo añadimos la sal y removemos para mezclar bien.
Añadimos un chorro de aceite a las paredes del bol para asegurarnos que luego se desmolda fácilmente y volvemos a ponerlo en la nevera tapado hasta que haya doblado el tamaño, aproximadamente unas 6-8h.
En una superficie bien limpia ponemos la harina reservada y volcamos la masa suavemente. La estiramos en forma de cuadrado con ayuda de nuestros dedos con mucho cuidado para evitar que pierda las burbujas de aire que ha conseguido en el levado.
Cortamos por la mitad y enrollamos cada tira por separado haciendo dos barras. Al ir enrollando nos aseguramos que la parte enharinada no tenga ningún pegote de harina ya que luego nos saldría en el interior del pan. Pero enharinamos bien el exterior para que así mantenga mejor la forma y quede con el aspecto característico de las chapatas.
Colocamos las barras sobre papel de horno y las dejamos reposar aproximadamente hora y media a temperatura ambiente.
Yo he cortado una de las barras en 2 panecillos y la otra la he dejado entera, ya que así me iba mejor el resultado, pero puedes hacer como tu prefieras, 6 panecillos pequeños, 4 grandes o 2 barras.
Cuando queden unos 15 minutos aproximadamente es el momento de encender el horno para que se vaya precalentando, lo ponemos a 250°C, calor solo abajo, y ponemos en el fondo de nuestro horno una bandeja vieja metálica que utilizaremos para añadir agua y crear vapor en el interior del horno, y de esta manera quedará la corteza más crujiente.La gente que hace pan habitualmente tiene una bandeja llena de piedras volcánicas o incluso de tuercas que utiliza para este fin.
Cuando el horno está bien caliente, sacamos la bandeja propia del horno, y con mucho cuidado de no quemarnos traspasamos el papel de horno en el que tenemos reposando nuestro pan desde la superficie del mármol a la bandeja.
Metemos la bandeja en el horno a media altura, y añadimos un vaso de agua a la bandeja metálica (OJO, si no es metálica podemos reventarla haciendo esto) que tenemos en el fondo del horno bien caliente. Aquí vamos con mucho cuidado ya que este paso es el más peligroso puesto que producirá gran cantidad de vapor.
Cerramos la puerta del horno, y programamos 15 minutos a 220°C calor de abajo.
Pasado este tiempo abrimos el horno con cuidado de no quemarnos con el vapor que saldrá y retiramos la bandeja del fondo, ya no necesitamos más vapor.
Volvemos a cerrar y esta vez ponemos calor arriba y abajo otros 15 minutos a 220°C.
Pasado este tiempo miraremos el aspecto del pan, según lo tostado que nos guste estará para sacar o lo dejaremos 3 o 4 minutos más.
Lo sacamos a una rejilla y dejamos enfriar antes de comerlo.
Espero que te guste mi receta, si decides probarla no dudes en etiquetarme.
Y antes de despedirme quiero mandar un mensaje a todas las personas que están ayudando en este momento tan horrible que estamos viviendo en todos los países: médicos, enfermeros, policías, ambulancias, personal de alimentación, farmacia, transportistas… ¡gracias a todos!
Mónica CookSlow