Con esta receta podréis crear vuestro propio pan de molde y comer, de forma más sana, unas tostadas, unos sándwiches, unos canapés,…
Os aseguro que el resultado os sorprenderá gratamente. Cuando lo hice por primera vez nunca pensé que quedaría tan tan tierno y con un sabor tan delicioso.
Ingredientes:
.660 gramos de harina de fuerza
.220 mililitros de leche
.220 mililitros de agua
.5 gramos de azúcar
.10 gramos de sal
.25 gramos de mantequilla
.15 gramos de levadura fresca
.1 cucharada de miel (opcional)
Elaboración
Primero hay que hacer un prefermento para que el pan tenga más sabor: en un bol mezlcar la leche, la levadura y 200 gramos de harina. Dejar reposar unos 30 minutos en un lugar cálido para que fermente. Aunque podéis omitir este paso y mezclarlo todo junto.
Pasado ese tiempo, en un bol grande poner el resto de la harina, el agua, la sal, el azúcar, la mantequilla, la miel y el prefermento. Mezclar todo bien y amasar hasta conseguir una masa elástica y homogénea. Si tenéis robot de amasar os evitaréis este trabajo.
Hacer una bola con la masa y poner en un cuenco limpio untado de aceite, tapar y dejar reposar hasta que doble su volumen.
Cuando la masa haya doblado su volumen, volcarla sobre una superficie lisa, bien limpia y enharinada. Aplastarla con las manos para quitarle el aire, taparla y dejarla reposar cinco minutos.
Extender la masa en forma de rectángulo (el lado más corto deberá coindicir con el largo de vuestro molde) y doblarla sobre sí misma por el lado más corto del rectángulo, aplastando bien para que la masa vaya quedando pegada.
Con cuidado, poner el rollo de pan en un molde alargado o molde especial para este tipo de panes, previamente untado con una pizca de aceite de oliva. Tapar y dejar que doble su volumen.
Cuando haya doblado su volumen, meter al horno, previamente calentado, a 250º durante 20 minutos. Pasado ese tiempo, bajar la temperatura a 220º y cocer otros 15 minutos.
Cuando el molde haya templado, desmoldar el plan y dejar enfriar sobre una rejilla.