Desde que descubrí como hacer pan de molde en casa, me resulta muy difícil comprarlo en un supermercado ya que os aseguro que la diferencia es increíble. Deberíais probarlo, en serio, con pocos ingredientes y muy poco trabajo puedes tener un pan de molde como el que os traigo hoy y mejorar de manera notable vuestro desayuno o vuestros sándwiches.
Nos suele ocurrir, que el pan al principio nos produce mucho respeto y nos creemos incapaces de conseguir un pan decente y aunque es cierto que hacer un buen pan no se consigue a la primera, hacer un pan de molde sin embargo sí se puede conseguir desde el primero que hagamos. Haz la prueba y verás que es totalmente cierto.
Al igual que la bollería en general el pan se congela perfectamente bien, no tienes más que sacarlo con un poco de tiempo de antelación y tendrás un pan perfecto, como recién hecho. Así que te recomiendo que si finalmente te animas a hacer tu propio pan de molde en casa, hagas más de uno y congeles el que no vayas a consumir en los días siguientes o bien se lo regales a alguien a quien quieras mucho
Una vez más he confiado en la receta de Ybán Yarza, de todo lo que he hecho de su fantástico libro “Pan Casero” no me ha fallado ninguna receta así que no dudé en recurrir a él cuando se me ocurrió hacer este pan.
INGREDIENTES:
300 gr. de harina panificable
85-90 gr. de agua
85-90 gr. de leche
30 gr. de mantequilla
15 gr. de azúcar
6 gr. de sal
6 gr. de levadura fresca de panadero o 2 gr de levadura seca de panadero
ELABORACIÓN:
En un bol mezclamos todos los ingredientes. Mezclamos todo,hasta obtener una masa lisa y homogénea libre de grumos. Dejamos que repose 10 minutos
Amasamos sobre la encimera. Al principio puede resultar algo pegajosa pero a los pocos minutos observarás como la masa no se nos pega ni a las manos ni a la encimera. Sigue amasándola alrededor de 10 minutos. Yo la amaso 5 minutos y la dejo reposar 1 ó 2 minutos y después continuo amasando.
Colocamos la masa en un bol y dejamos que fermente durante aproximadamente 1 hora y media o 2 horas.
Pasado este tiempo, ponemos de nuevo la masa sobre la encimera y con la yema de los dedos la vamos a desgasificar, con el fin de que la miga no adquiera grandes “ojos” o agujeros, ya que así sería muy difícil enriquecer nuestras tostadas con mantequilla o mermelada porque se nos colaría todo por los agujeros del pan. Vamos a ir aplastando toda la masa con la yema de los dedos, sin atravesarla eso sí, es decir, firme pero sin ensañamiento
Una vez desgasificada la masa, vamos a plegar los lados a modo de libro y empezamos a enrollar la masa con el fin de crear un cilindro con tensión. Repetimos la operación 4 ó 5 veces más. Plegamos y enrollamos, plegamos y enrollamos, así hasta cuatro veces o cinco.
Colocamos la masa en un molde previamente untado con un poco de aceite o mantequilla. Utiliza un pincel para repartirlo bien. Dejamos que la masa fermente ahora 2 horas. Transcurrido ese tiempo tiene que haber doblado su volumen. Yo normalmente, aprovecho y me voy al gimnasio en esta última fermentación, así cuando llego meto el pan en el horno y después de ducharme me como las mejores tostadas que haya probado nunca
Precalienta el horno a 220º C.
Con ayuda de un pincel, pinta toda la superficie con leche e introdúcelo en el horno durante 35 minutos.
Cuando falten 5 minutos para terminar, saca el pan del molde y colócalo directamente sobre la rejilla con el fin de que se dore de forma homogénea por todos sus lados.
Sácalo del horno y deja que se enfríe completamente sobre una rejilla.
ALGUNAS ACLARACIONES:
He utilizado el molde para hacer pan de Lékué, perfecto para hacer pan o bizcochos porque es facilísimo desmoldarlos y la cocción es completamente uniforme.
La mermelada que veis en la foto es la mermelada de ciruela claudia que ya os enseñé en otra entrada.