Otra vez mas mi amiga Bea y yo, hemos decidido coger las maletas y emprender rumbo gastronómico a otra parte del planeta, en esta ocasión hemos cambiado el frío intenso de Madrid de los últimos días por otro mucho mas cálido y sensual como es el de Brasil, y nos hemos paseado aunque solo sea con la imaginación, por las playa de Ipanema en Rio de Janeiro bajo la atenta mirada del Cristo Redentor. ¿Os animáis a viajar con nosotras?
Esta receta me llegó a través de Idelia, mi amiga brasileña de Bello Horizonte, con la cual nos obsequia cada vez que nos reunimos en alguna merienda o cena, por eso al pensar en Brasil, lo primero que me ha venido a la cabeza han sido sus panes de queso y lo que disfrutan mis hijos con ellos.
También quiero agradecer a Idelia la panera de las fotos, como sabía que me gustaba tanto la suya, en uno de sus viajes a Brasil, volvió con ella en la maleta.
Las equivalencias de las medidas de los ingredientes os las dejo tal cual me las ha dado Idelia, calculando la capacidad de la taza en 200 ml.
Ingredientes:
1 Taza de Almidón dulce mandioca
1 Taza de Almidón agrio de mandioca
1/2 Taza de Agua
1 Cuchara sopera de mantequilla
1 Cucharita de café de sal
3 Huevos L
2 Tazas de queso rallado Milbona de Lidl
Elaboración:
Ponemos el agua en un cazo junto con la mantequilla y la sal y llevamos al fuego. Mientras volcamos los dos tipos de almidón en un bol y mezclamos. Cuando el agua rompa a hervir y la mantequilla esté disuelta, la echamos de golpe sobre la mezcla de harinas para escaldarlas.
Cogemos porciones de la harina de mandioca y la frotamos con ambas manos para eliminar los grumos, esto es imprescindible hacerse durante unos minutos y en caliente, hasta que notemos que la harina se esponja y desaparezcan los grumos.
Añadimos los huevos y mezclamos bien hasta integrar en la masa, por último añadimos el queso rallado y removemos bien. Dejamos reposar unos minutos y procedemos a hacer bolitas del tamaño de una nuez aproximadamente.
Horneamos a 170º hasta que veamos que comienzan a dorarse, pero sin que lleguen a hacerlo, pues se endurecerían. Servir inmediatamente.
Para ésta elaboración no se puede usar ningún tipo de amasadora o robot, ya que éstos calentarían la masa y luego sería practicamente imposible poder manejarla.
Con esta proporción salen alrededor de 40 panes de queso, yo lo que suelo hacer es preparar el doble de cantidad, les doy la forma de bola y los pongo en la bandeja superior del congelador, cuando están ya duros, los reparto en bolsas de congelación.
No requieren descongelación previa, directamente van de la nevera al horno sin precalentar y en 20 minutos aproximadamente están listos para servir.
Una vez horneados, no pueden conservarse, porque al enfriar tienden a endurecer, pero es muy cómodo tener estos panes de queso en el congelador y echar mano de ellos en cualquier momento.
¿Qué habrá preparado Bea en su viaje por Brasil? ¡¡¡Me marcho rauda a ver con qué nos sorprende!!! Ya hemos visitado dos continentes... el próximo viaje ¿dónde iremos?.