Este pan es de los fáciles, no os creáis que son todos iguales. Nooooooo. El mundo del pan es complejo, para que nos vamos a engañar, y requiere de muuuchas dotes de paciencia. En algunos casos es bastante trabajoso, sobre todo si nos metemos en el maravilloso mundo de las MM (masa madre, para los inexpertos como yo, hasta hace poco) y puede que hasta frustrante, si ves cómo tu pan se esparrama y no crece después de dedicarle horas y horas....pero ese es tema para otro post.... o para otros dos, ¡porque os aseguro que da de sí!
Ahora vamos a centrarnos en el pan sin amasado. Fácil porque no requiere de amasado. Este pan hace sólo todo el proceso de levado y fermentación de la masa. Sólo hay que meterlo en la nevera y esperar. Así que no es apto para impacientes. requiere de 24 horas de reposo en frío. Si aún así os atrevéis con él....seguid leyendo que va la receta.
Antes deciros que la foto dice mucho de este pan, pero os aseguro que os sorprenderá su corteza crujiente y su deliciosa miga. Los frutos secos le dan ese punto que lo hacen diferente a cualquier otro.
Ingredientes
475 gr de harina panificable (mezcla 275 gr de harina de fuerza y 200 gr de harina normal)
25 gr de harina integral
330 gr de agua
10 gr de sal5 gr de levadura fresca de panadero (prensada)150 gr de semillas (sésamo, lino, amapola y pipas de calabaza usé yo)
Disolver previamente la levadura en el agua. Incorporar al bol todos los demás ingredientes de la masa y mezclar hasta que estén todos bien integrados. Yo amasé con la mano. Hay que amasar hasta obtener una masa sin grumos. Es una masa bastante pegajosa. Dejar reposar 5 minutos.
Con la mano ligeramente humedecida, coger la masa de un extremo, la alargamos con cuidado y la doblamos sobre sí misma. Esto se llama hacer un plegado.
Tapar el bol con papel film o con una tapa hermética y dejamos reposar en el frigorífico durante 24 horas. Pasado el tiempo sacar la masa del frigorífico.Veremos que ha ganado bastante volumen.
Volcar la masa sobre la superficie de trabajo con cuidado de que no se nos bajen las burbujas que se habrán formado porque no vamos a volver a amasarla. Con cuidado le dar forma rectangular y cortarla a lo largo formando dos barras estrechas y alargadas.
Preparar un trapo de lino o algodón humedeciéndolo bajo el grifo y, al lado y en el mismo sentido que vayamos a colocar la masa, colocar la mezcla de semillas en forma de lecho alargado.
Pasar una de las barras primero por el trapo húmedo y luego por el lecho de semillas.Retorcer la barra sobre sí misma para que tenga forma helicoidal y disponer sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Repetir el proceso con la otra barra.
Tapamos con el paño y dejamos reposar 2 horas hasta que hayan aumentado su volumen.
Precalentar el horno a 240º y poner en el fondo un cacharro metálico con agua para que se forme vapor. Esto ayudará a hacer que la corteza quede más crujiente.
Meter los panes en el horno, calor arriba y abajo, sin ventilador y volcar parte de ese agua sobre la bandeja del fondo, para crear un golpe de vapor. Transcurridos 10 minutos, sacar el agua y continuar horneando durante otros 25 minutos aproximadamente.
Para saber si el pan está bien cocido, al golpear en la base tiene que sonar a hueco.Sacar entonces del horno y dejar reposar sobre una rejilla.