Estas Navidades me han regalado el libro de PAN de Iban Yarza. Lo recomiendo al 100%. Es una pasada, ya que explica todo de forma que el que no sepa nada nadita de pan lo entienda todo. Me ha encantando. Es la primera vez que leo un libro de cocina como si fuera una novela, desde el principio hasta el final y siempre estoy deseando llegar a casa para continuar leyendo.
Me he enterado de muchas cosas, y eso que aún no lo he acabado. Como por ejemplo que la masa puede fermentar en la nevera ( de esta manera no tenemos que estar tan pendientes de los tiempos de levado). Pues con este sabio consejo de Iban Yarza, me puse ayer por la noche a hacer mi primer pan sin amasado.
Espero que os guste y que dediquéis una poca de vuestra paciencia a hacerlo, porque no es difícil, solo hace falta esperar.
INGREDIENTES:
475 gr de harina panificable(yo la compré en el mercado)
25 gr de harina de centeno integral
330 gr de agua tibia
10 gr de sal
5 gr de levadura fresca
100 gr de mezcla de semillas(yo compré un pack para ensaladas)
En un bol vertemos el agua tibia y disolvemos la levadura. Echamos el resto de los ingredientes y mezclamos enérgicamente con una mano, con la otra mano le vamos dando vueltas al bol para ir mezclando todo( es mejor tener siempre una mano limpia por si tenemos que usar cualquier otra cosa).
La masa quedará pegajosa ( es así). La dejamos reposar 5 minutos y luego la doblamos una vez sobre sí misma, estirándola con cuidado y doblándola. Cubrimos el bol con film transparente y la dejamos toda la noche en la nevera (yo preparé la masa a las 9 de la noche y la saqué de la nevera sobre las 9 de la mañana).
Al día siguiente este era su aspecto al sacarla de la nevera. Observar todo el volumen que había ganado.
Con cuidado volcamos la masa sobre la mesa enharinada. Para ello nos podemos ayudar de una rasqueta. Y con delicadeza formamos un rectángulo. Cortamos dos piezas largas del mismo tamaño.
Ahora es el momento de formar los dos panes. Para ello pasamos las dos piezas por un trapo húmedo y luego por una capa de semillas, como se muestra en la siguiente imagen.
Con delicadeza retorcemos los panes hasta darle forma helicoidal ( a mi no me ha salido muy bien, pero hay que tener en cuenta que es la primera vez que la hago, ya le cogeré el truquillo). Las disponemos sobre papel de hornear en la bandeja del horno, con cierta distancia entre ellas y las dejamos fermentar unas 2 horas.
Pasado este tiempo, metemos en el horno una bandeja metálica en la base y lo precalentamos a 250º durante 10 minutos. Metemos las barras y creamos un golpe de vapor vertiendo a la vez un vaso de agua en la bandeja metálica ya caliente. Pasados 10 minutos bajamos la temperatura del horno a 220º y retiramos al bandeja metálica. Cocemos durante 25 minutos más.
Si quieres que la corteza quede crujiente, apaga el horno y deja las barras en el interior con la puerta semiabierta.
NOTA: ya deberías de estar haciendo tu propio pan. El olor que deja en tu casa es fantástico. Y el sabor de un pan creado por uno mismo es incomparable.
Lo que hay en en centro de la miga son semillas que me quedaron en el interior.