Estaba pasando unos días, maravillosos días por cierto, en la casa de unos amigos en la zona de la montaña. La temperatura estaba fresquita y la lluvia nos debía querer mucho pues no paraba de visitarnos. Y, lo mejor, los anfitriones: Darlene y Neal, una pareja acogeda, generosa... inefables es en realidad la mejor palabra para definirlos. Se estaba dando el caldo de cultivo perfecto para... Ahá... sabes la respuesta ¡sí! Comer, cocinar y comer más. Era lo que pensabas ¿verdad? A decir verdad era Darlene la cocinaba. Es más, no paraba de cocinar!!! Y no solo eso, todo lo que salía de sus ollas, sartenes y cazuelas era más que delicioso...
Las noches se alargaban con una copa de vino y luego... otra copa de vino. Y, antes de ir a dormir, Darlene rápidamente preparaba la masa de pan para hornear a la mañana siguiente. Bien, hemos llegado al punto neurálgico de esta entrada: el PAN. Me hice con la receta y la cambié un poquito. Quería probar algo: cambiar el agua por buttermilk o suero de leche. (El buttermilk da una consistencia muy esponjosa al pan, bizcochos, cupcakes...)
En la nevera tenía guardado el buttermilk (suero de leche). Me había sobrado de hacer un queso ricotta con algas que había preparado para aprovechar un litro de leche que se me había cortado. Es una buena forma de aprovechar y no tirar nada!!! Y, no te preocupes,aquí puedes ver la receta pero... ¡no te vayas! ¡¡¡que seguimos con el pan ahora mismito!!!
Ingredientes:
3 tazas de harina
1 1/2 taza de buttermilk (o agua)
1/2 cucharadita de sal
3 cucharaditas de levadura (no polvo de hornear)
1 cucharadita de azúcar moreno
Preparación:
Calienta ligeramente (30ºC, para que no se mueran las levaduras) el buttermilk o suero de leche. Si no tienes, utiliza agua, que es lo normal. Lo que hacer el buttermilk es darle una consistencia más esponjosa.
Diluye completamente la levadura en una taza de buttermilk o suero de leche con el azúcar .
En un bol mezcla bien la harina con todo el buttermilk y la levadura. Importante. Todavía no añadas la sal pero acuérdate de echarla después ;)
Sí, es una mezcla bastante chiclosa, no dudes de ti, lo has hecho bien :)
Tapa el bol con un paño limpio.
Deja reposar en lugar templado de 12 a 18 horas.
...
Precalienta el horno a 230ºC/450ºF
Bien... la masa sigue chiclosa y no confías en que de ahí pueda salir algo parecido a lo que llaman pan. Confía. Solo eso, pequeño saltamontes. Jejeje, lo digo porque yo no confiaba ni repajoleramente.
Añade la sal ¡no te olvides! y mezcla.
Vierte la masa en un molde forrado de papel para horno.
Cuando el horno esté bien caliente introduce el molde y lo cubres con papel de horno o papel de aluminio, sin que toque la masa, para que no se queme la superficie. Así durante 30 minutos.
Transcurridos estos 30 minutos quitas el papel que recubría la masa. Ya puedes atisbar un pan blancuzco. Y lo dejas en el horno durante 15 minutos más. Pero vete controlando (sin abrir el horno para que no baje la temperatura) que no se queme la superficie. Quizá lo tengas que dejar un poco más de tiempo o menos.
Biennnnnn!!! Ya tienes un pan! Un pan que probarás cuando haya enfriado, si aguantas la tentación. Un pan esponjoso por dentro con un textura próxima a la del bizcocho... y sin añadir ninguna grasa!!!
Mira lo que se puede hacer con este pan: pan en cuadraditos próximamente en tú blog amigo! Sí! Para Morir de Gula... :)