Cuando no tengo mucho tiempo me hago una ensalada y ya, la verdad. Pero siempre que estoy en casa me preparo algo de comer. Pasé muchos años cocinando para otros pero cuando me quedaba sola comía pan y queso o cualquier cosa que encontraba por la nevera. Pero descubrí que a través de la comida nos damos amor, podemos dar amor a otros pero si no nos amamos a nosotros mismos? qué puedes dar a los demás ¿es realmente amor? ¿o son apegos? ¿dependencias?... cada uno tenemos que buscar en nuestras profundidades? solo en nosotros está la respuesta.
Por eso, cocinarnos algo es un acto de amor. Incluso sin tiempo podemos prepararnos algo bonito, delicioso y sano. A través de los ojos también comemos. Pongamos un plato bonito, una flor, un jugo natural? y una musiquita tranquila, quítate los zapatos? y eso es otra cosa ¿verdad? Tardé mucho en aprender eso. Y, sí, a veces no lo hago? pero no hay que sentirse culpable, al siguiente día puedes volver a tu ritual de amor y alimento.Lo delicioso de esta receta es la combinación de sabores: la mozarella, el mango y la rúcula maridan increíblemente. Yo lo acompañé con un batido de fresa y banana? para salivar sólo de leer!
Ingredientes:
flat bread de origen ecológico
mozzarella
mango maduro
rúcula
aceite de oliva virgen
Preparación:
En una plancha al fuego, o en el horno, pones el flat bread con mozzarella encima. Y lo dejas hasta que esté bien fundida.Lo retiras del fuego o del horno y pones el mango por encima cortado en rodajas.
Después pones la rúcula bien limpia y seca.
Y un chorrito de aceite de oliva virgen.
¿A que es rápido?
Truki: Le queda divino el queso manchego, pruébalo!