Si queréis que os diga la verdad, creo que nunca se me hubiese ocurrido hacer este postre porque, aunque es el segundo pudding de pan que hago, no es de los que más me guste. Sin embargo, cuando Whole Kitchen lo propuso para este mes de febrero me pareció que podría estar interesante hacer algo novedoso. Por eso, me fui a Pinterest y busqué alguna receta que me atrajera enormemente. Vi un montón de recetas clásicas de bread and butter, muchas con pasas, algunas con chocolate (ésta hubiera sido una apuesta segura en mi casa que son adictos al chocolate) pero me decanté por uno que llevaba fruta y además, fruta caramelizada. Me pareció que podía ser una mezcla entre una tatín y un pudding y por eso escogí esta receta de Williams-Sonoma.
Como siempre, Whole Kitchen nos cuenta algo sobre la historia de este postre tan "British" y que he completado un poco con alguna visita a Wikipedia y a la web en general.
Así, el budín de pan y mantequilla o Bread and Butter Pudding es uno de los postres más populares de la cocina británica. Parece ser que se originó en el siglo XVII derivado de otro postre clásico inglés: el bread pudding, considerado una versión de lujo para grandes ocasiones. Los primeros bread and butter puddings se llamaban White-pot, y fueron muy populares a mediados del siglo XVII y hasta principios del siglo XIX y ya se citaban en 1723 en la obra "The Cooks and Confectioners Dictonary" de John Nott. Os dejo un enlace donde nos hablan de antiguos platos ingleses y en particular, de sus puddings.
Este pudding consiste en hornear una mezcla de pan con mantequilla y pasas o cualquier otro tipo de fruta deshidratada y luego bañarlo en huevos, leche y un poco de vainilla u otras especias. Hoy en día hay miles de variantes (con chocolate, dátiles, brioche o croissants, fruta fresca, etc.). Se consideraba un postre de gente sin recursos, ya que se hacía para aprovechar el pan que ya estaba duro. A medida que la clase media tuvo acceso a ingredientes como los huevos, la leche, las pasas o el azúcar, este pudding se hizo más sofisticado.
Aunque a mediados del siglo XX este postre ya había perdido toda su popularidad, es gracias a chefs británicos como Jamie Oliver o Delia Smith que vuelve a resurgir y vuelve a estar entre los más apreciados de la población, siendo incluso servido en los mejores restaurantes de cocina británica.
Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de febrero nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: Budin de pan y mantequilla (Bread and Butter Pudding).
BREAD AND BUTTER PUDDING CON MERMELADA DE JENGIBRE Y PERAS CARAMELIZADAS
Ingredientes:
90 gr. mantequilla sin sal a temperatura ambiente
5 peras maduras, peladas, descorazonadas y cortadas en octavos (yo utilicé Conferencia)
90 gr. + 2 cdas. de azúcar
9 rebanadas de pan duro
500 ml. leche entera
6 huevos M
1 cdta. extracto de vainilla
1/2 cdta. canela molida
2 cdas. mermelada de jengibre
Una pizca de sal
Azúcar glas para decorar
Preparación:
Precalentar el horno a 170ºC.
Engrasar con mantequilla una fuente para horno con capacidad para unos 2 litros.
En una sartén, derretir 2 cdas. de mantequilla a fuego medio. Añadir las peras y cocinar, removiendo de vez en cuando hasta que estén doraditas, unos 5 minutos.
Rociamos las peras con dos cucharadas de azúcar y removemos ligeramente.
Cocemos hasta que las peras estén bien caramelizadas (unos 3 minutos aproximadamente).
Extendemos en la fuente las peras.
Untamos de mantequilla cada rebanada y las cortamos por la mitad.
Ponemos el pan sobre las peras, con la mantequilla hacia abajo, y hacemos filas superpuestas. Yo usé pan tipo bollo, que es el que de verdad se me pone duro en casa y no tengo que comprar nada de croissants, ni brioche ni nada de eso. Cuando compro croissants o brioche no se me ponen duros nunca, nos los comemos antes, os lo aseguro.
En un bol, combinamos la leche, los huevos, los 90 gramos de azúcar, la vainilla, la canela y la pizca de sal.
Vertemos sobre el pan y lo presionamos para que se sumerja. Dejamos entre 20-25 minutos para que se empape bien el pan con la mezcla de huevo.
Una vez pasado el tiempo, metemos en el horno y lo dejamos hasta que el filo de un cuchillo salga limpio, unos 30-35 minutos.
Mientras se hace el pudding, ponemos las dos cucharadas de mermelada de jengibre en un cazo y la derretimos. Unos 10 minutos antes de que termine el tiempo, sacamos el pudding y lo pincelamos con la mermelada. Lo volvemos a meter para que termine su tiempo.
Quitamos del horno y lo dejamos reposar unos 5 minutos.
Espolvoreamos con el azúcar glas y servimos templado.
Será un visto y no visto. Está muy bueno. Tiene un sabor muy delicado y es muy suave. Ideal para un desayuno porque no está muy dulce y templado apetece a esas horas de la mañana en las que estamos recién levantados.
Este trocito me lo como a vuestra salud. Si lo hacéis disfrutaréis cada bocado.
Con esta entrada participo en el Carrusel de Blogs nº 14 de Las Cosas ricas de Gaby.
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