La verdad es que el Máster
En lo de organizarse aún estamos trabajando porque, como siempre, hemos tenido un mes para preparar la receta y ayer a las 22.00 el pudin aún estaba en el horno por lo que, según la Ley de Murphy, la probabilidad de que fuera un fake era bastante alta. Pero, no sólo no ha sido un fraude si no que nos ha quedado una receta ¡de 10!
Cuando leímos que the Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de febrero, nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: PUDIN DE PAN Y MANTEQUILLA (bread and butter pudding), tenemos que reconocer, que nos sorprendió un poco. Normalmente, suelen proponer recetas bastante elaboradas cómo milhojas con hojaldre casero, Dobos torte o Trifle así que, cuando vimos que este mes la receta era tan fácil cómo poner pan duro en una bandeja y “remojarlo” nos quedamos un poco con cara de póker.
Pero, al investigar un poco más, nos encontramos cosas como que “su exquisito sabor ha hecho que grandes restaurantes y afamados cocineros lo incluyan en sus menús”, así que la expectación era máxima. Nos pusimos manos a la obra y ¡menuda sorpresa que nos llevamos con el resultado! La textura, el sabor… de verdad ¡tenéis que probarlo!
Ingredientes...
50g. de mantequilla (esto es completamente aproximado). Depende de lo que chupe el pan.
8-9 rebanadas de pan de molde sin corteza (mejor si está un poco duro).
50g. aprox. de pasas sultanas.
450ml. de leche entera.
65ml. de nata (crema de leche) líquida.
2 huevos grandes.
35g. de azúcar blanca.
1 cucharada de extracto de vainilla.
Canela en polvo.
Opcional: para los más borrachillos echad un chorro de ron/coñac o similar.
Con las manos en la masa...
Comenzamos untando las rebanadas de pan con mantequilla (solo por una cara), las partimos en triángulos y las colocamos en un recipiente apto para horno (previamente engrasado), con la cara untada hacia arriba. Echamos por encima las pasas.
Batimos los huevos con el azúcar. Reservamos. Mientras tanto, en un cazo, calentamos (sin que llegue a hervir) la nata (crema de leche) con la leche. En ese momento incorporamos la mezcla de huevo y azúcar (lentamente para que no cuaje) y el extracto de vainilla. Integramos perfectamente.
A continuación, vertemos sobre las rebanadas de pan. Dejamos que se empapen bien durante aproximadamente 30 minutos.
Finalmente, introducimos en el horno, precalentado a 180º, durante durante 45 minutos. Estará listo cuando el pan esté dorado y la mezcla cuajada. Si queréis darle un punto extra, pincelad el pudin con mermelada. Podéis meterlo de nuevo en el horno unos 5 minutos o, si sois unos ansiosos (como yo), ¡poneros las botas sin esperar ni un minuto extra!