Cuando haces el pan en casa, te vas volviendo quisquillosa.
Si, porque no te gusta que el pan para el desayuno sea tan contundente como el de la comida, y según con qué alimentos buscas una textura determinada. Y además parece la búsqueda del tesoro, porque siempre piensas que la próxima receta que hagas, estará más rica que la anterior.
Éste que os traigo, es hoy por hoy {mañana no lo sé} el preferido de casa para desayunar, hacer el sandwich de media mañana y para la merienda. Es tremendamente tierno, de sabor muy suave, pero no es dulce, así que aguanta tanto salado como dulce.
Y si sois de los que empezáis a hacer pan, os aseguro que es un buen candidato, porque también os digo que a fácil no le gana ninguno. Ah, la primera vez que lo hice, mi cara reflejó la felicidad más absoluta. Y es que cuando se adaptan nuevas recetas, no sabes el resultado hasta el final.
Este pan surgió de la receta de los panes de hamburguesas, dando vueltas pensé que al añadír más harina, el pan tendría mayor consistencia, perfecta para el pan de desayuno, que era lo que andaba buscando.
Los panes que veis en las fotos son bien grandes {unos 8oo grs cada uno}, perfectos para cortar rebanadas y que salgan de buen tamaño.
Ahora, vamos a amasar.
* Si se utiliza levadura seca de panadero, con 10 grs. será suficiente.
Si lo vamos a hacer en la panificadora :
Introducimos todos los ingredientes en la cubeta, elegimos el programa de masas, que dura quince minutos, pasados diez minutos desde que termina el programa, sacamos la masa, dividimos en dos partes, le damos la forma { lo explico más abajo en fotos } dejamos las barras encima de la bandeja del horno, espolvoreamos con harina y hacemos los cortes con un cuchillo afilado o cuter. También hago un pliegue con el papel del horno entre los dos panes, para que no se peguen cuando se están haciendo.
Esperamos que triplique volumen con el levado {con una hora tuve suficiente}. Este paso lo hago siempre dentro del horno para evitar corrientes o que alguien toque el pan en un arrebato de curiosidad, que en casa son propensos a curiosear con el dedito tieso, ese de ¿esto que es?
Cuando haya levado lo suficiente, sacamos las barras del horno, lo precalentamos 180º durante diez minutos, Introducimos nuestro pan, altura media baja. Lo dejamos media hora y listo. Claro que ya sabéis que cada horno es un mundo e igual necesitáis cinco minutos más.
Pasado este tiempo, para saber si están, se golpean por la parte de abajo con los nudillos, igual que si llamases a una puerta, y si suena hueco.......ya está.
Si lo hacemos a mano:
En un cuenco bien grande agregamos todos los ingredientes secos, le añadimos los líquidos, la levadura la disolvemos primero en un poco de agua templada {ésta agua es del total que utilizamos en la receta} y la agregamos al final. Amasamos hasta que veamos que no se nos pega a las manos, tardaremos unos quince minutos. Terminamos de amasar sobre la encimera, que estará ligeramente enharinada. Separamos la masa en dos partes y seguir los mismo pasos que si lo hiciésemos en la panificadora.
Vamos a ver cómo le he dado forma a estos panes:
Como veis, no tienen ninguna complicación, y si, es cierto que cuando no se ha hecho nunca pan, parece más complicado de lo que parece. Pero si yo soy capaz, creeme, tú puedes ¿te he convencido?
*Os aconsejo que se vaya cortando según se necesite, y que el pan lo mantengamos en bolsa de plástico una vez frío, pues al no llevar conservantes, más de dos días no aguanta en óptimas condiciones. Aunque si digo la verdad, más de dos días nunca me ha durado.
*Con estas cantidades salen dos panes de 8oo grs. si sois menos en casa y no necesitáis tanto, sólo tenéis que dividir los ingredientes indicados.