Ingredientes (18 unidades de 50gr):
280ml de leche templada
30gr de mantequilla
1 pizca de sal
250gr de harina de fuerza
200gr de harina integral
1 cucharada de azúcar
10gr de levadura fresca de panadero
80gr de pepitas de chocolate para la masa
20gr de pepitas de chocolate para decorar
1 huevo batido para dar brillo
Preparación:
Calentamos la leche y disolvemos en ella la levadura.
Vertemos todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora en este orden: leche con levadura, mantequilla, mezcla de harinas, azúcar y sal.
Iniciamos el programa de amasado con levado (el mío dura 1 hora y 50 minutos).
Una vez terminado el programa, sacamos la masa de la cubeta y le quitamos el aire amasando levemente.
Estiramos la masa, extendemos las pepitas sobre ella y amasamos para integrarlas totalmente.
Hacemos porciones de 50gr, las ponemos en la bandeja del horno cubierta con papel antiadherente y dejamos que leven una hora.
Retiramos la bandeja del horno y lo precalentamos a 180º.
Pincelamos los panes y ponemos por encima las pepitas de chocolate.
Horneamos entre 25-30 minutos hasta que estén doraditos, y los retiramos.
Notas:
Al salir tantos panes podéis congelarlos en bolsas aptas para congelación hasta su consumo. Con unos segundos de microondas tendréis unos panecillos como recién horneados.
Puse una parte de harina integral en un intento de ser algo más saludable, pero podéis usar todo harina normal.
Si no tenéis panificadora, podéis hacerlo de forma tradicional: volcáis las harinas, el azúcar y la sal en un bol y hacéis con agujero en el centro con el dedo. Disolvéis la levadura en la leche templada y la vertéis en el centro del bol, junto con la mantequilla. Amasáis hasta obtener una masa firme y homogénea, unos diez minutos, y dejáis que doble su tamaño cubriendo el bol con un paño de cocina. A partir de aquí, continuamos en el paso 4.
Las pepitas de chocolate tienen ese aspecto porque, según he visto, están mal atemperadas, ya que pasaron del horno caliente a temperatura ambiente. No afecta al sabor ni a la calidad del chocolate, sólo al aspecto. Supongo que con algo así jamás podré entrar en la academia de Paco Torreblanca.
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