La última semana ha sido las más calurosa de este raro verano, aunque no por ello he prescindido de encender el horno para hornear estos deliciosos panecillos. Los llevo viendo desde hace mucho tiempo en el libro de Xavier Barriga, Pan. Quizás el libro de cocina de los que tengo al que más rendimiento le saco. Y es que las recetas de Barriga siempre salen, siempre sorprenden por lo buenas, y para mi es el mayor referente que tenemos en España en cuestión de panadería, no es sólo lo que sabe, es lo bien que lo enseña y lo explica. Pues tenía unos tomates que me regalaron y que he aprovechado para secar bajo el sol de justicia de mi terraza, tal y como os enseñaba el año pasado, y pensé que ya era hora de ir haciendo estos panecillos. Hice la mitad de la receta, me salieron nueve panecillos en total, no han pasado de mediodía, con un hilo de AOVE por encima y un buen vino o cerveza están extraordinarios, y si aún están un poco calientes mejor....Sin duda los repetiré con frecuencia, porque son un triunfo absoluto.
INGREDIENTES (Para nueve panecillos):
250 gr. de harina panificable (yo no tenía y puse de fuerza)
5 gr. de sal
150 ml. de agua
5 gr. de levadura fresca de panadería
Una cucharada de albahaca fresca picada
Para el gratinado:
Tomates secos
Queso de cabra
Aceite de Oliva Virgen Extra (le puse el Picual de Bronze y Mora)
PREPARACIÓN:
Yo he amasado en la Kitchen Aid, pero, como siempre, podéis hacerlo a mano si no tenéis amasadora o queréis amasar a mano. Añadimos al bol la harina y la sal, removemos, añadimos la cucharada de albahaca, y vamos añadiendo poco a poco el agua y empezando a amasar. Cuando hayamos integrado todo y llevemos unos minutos amasando añadiremos la levadura desmenuzada y seguimos amasando cinco minutos más. Sacamos, damos forma de bola a la masa, metemos en un bol aceitado y tapamos con un paño húmedo. Dejamos reposar 45 minutos.
Después de este tiempo sacamos la masa y cortamos en porciones, las mías de unos 45 gr. y formamos bolitas lo más redondas posibles. Vamos depositando en la bandeja de horno forrada con papel vegetal y separadas entre sí, tapamos con el paño húmedo y dejamos fermentar durante una hora. Cuando haya pasado media hora encendemos el horno a 250º, con una pequeña olla o bol con paños mojados para crear vapor. Una vez fermentados los panecillos, hacemos un corte con las tijeras y ponemos sobre ellos una rodaja de queso de cabra y un tomate seco (los míos en aceite), pinchamos con un palillo para fijarlo todo. Introducimos en el horno la bandeja y bajamos la temperatura a 210º, cocemos durante 15 o 20 minutos. Sacamos del horno, ponemos sobre una rejilla y rociamos con un hilo de aceite de oliva virgen extra. En cuanto se hayan templado un poco estarán ideales para tomar.
En esta ocasión le he puesto un AOVE variedad Picual de Bronze y Mora, de la que ya os hablaba cuando os enseñaba sus otras variedades, Cornicabra y Arbequina. Bronze y Mora son una tienda online donde se encargan de buscar los mejores AOVES en las almazaras de todo nuestro territorio para después embotellarlos bajo su propia marca. Todos sus aceites son virgen extra, monovarietales y tienen denominación de origen. Pero además de embotellar los mejores AOVEs de nuestro país también miman mucho la presentación de cada una de las botellas y también tienen estuches en presentación de lujo, como el Noir, que me enviaron a mi, con una presentación muy bien cuidada, super elegante, y además hasta personalizada con una tarjeta....ideal para hacer un regalo.
Con estos deliciosos panecillos os dejo, esperando que tengáis un buen comienzo de Septiembre.
Lidia.