Me gusta hacer de vez en cuando pasta fresca en casa y me encanta probar harinas nuevas para su elaboración. Hoy os traigo la receta de la pasta fresca de harina de garbanzo, una alternativa a la pasta con gluten o simplemente otra forma de comer legumbres. Normalmente hago pasta fresca con la máquina de hacer pasta Imperia, pero para este tipo de harina prefiero aplastar la masa a mano con ayuda de un rodillo y después o bien la enrollo sobre sí misma y la corto con un cuchillo o bien la corto con la máquina. Las cantidades que os pongo a continuación son para 4 personas. Puedes prepararla después con los ingredientes que más te guste, pero a mi personalmente este tipo de pasta me gusta comerla con un sofrito de cebolla y tomatitos cherry. Al final le añado pimienta negra recién molida y queso Idiazabal rallado. ¡Está increíble!
Ingredientes:
400 g. de harina de garbanzos tamizada
3 huevos a temperatura ambiente
1 cucharilla de aceite de oliva extra virgen
un pellizco de sal
Preparación:
Echa la harina de garbanzo en un bol amplio y en el centro echa el resto de los ingredientes.
Mezcla con un tenedor los ingredientes que has echado en el centro y después con las manos ve mezclando con la harina. Amasa hasta integrar bien todos los ingredientes y continua amasando durante 15 minutos aproximadamente. Si fuera necesario puedes añadir un poco de agua.
Pasado este tiempo, haz una bola y cubre con papel film. Deja en el frigorífico toda la noche.
Al día siguiente, coloca la masa sobre una superficie enharinada y extiéndela con el rodillo hasta dejarla bien fina. Si vas a usar la máquina corta tiras rectangulares, enharinalas por amos lados para que no se peque y córtalas con el accesorio para hacer tallarines. Si vas a cortarla a mano, haz un rectángulo grande con la masa y enróllala sobre sí misma. Enharina y después corta con un cuchillo pequeñas rodajas de la anchura de un tallarín. Desenrolla y pon a secar la pasta hasta el día siguiente.
Para secar la pasta puedes usar en tendedor plegable o poner dos silla una enfrente de la otra y colocar una sábana de algodón sobre ellas. Coloca los tallarines bien separados para que al secarse no se apelmacen.
Fuente: Nonna paperina.