Platos humildes, sencillos, comida de antaño, procurando que tengan ese sabor completamente auténtico de los platos tradicionales malagueños.
Esta será la número 570 recetas de “Mi cocina”, de las cuales 170 son recetas malagueñas.
Aunque cuando echo la vista atrás, hoy por hoy, me avergüenzo de las primeras entradas en cuanto a texto y fotografía, no en cuanto a contenido, por lo que me he propuesto poco a poco ir actualizando aquellas primeras incursiones en mi cocina virtual.
El blog, se ha convertido en estos dos años, en un lugar en el que comparto no solo recetas, sino recuerdos y pequeños retazos de mi vida impregnados del olor y sabor de cada plato.
He ido incorporando lógicamente recetas que a lo largo de mi vida he ido aprendiendo, han influido mi pasión por leer y viajar sobre todo y por supuesto ha influido mis visitas “virtuales” a los magníficos blogs que suelo visitar con asiduidad y de los que cada dia aprendo sobre todo dulces y pasteles.
Este en concreto, quiero ofrecerlo en éste dia tan especial para “Mi cocina”, en señal de agradecimiento a quienes me seguís, a quienes dedican parte de su preciado tiempo en leerme, a quienes disfrutan de mis platos familiares y sobre todo a mi marido, ya que sin él no existiría éste blog, su ayuda, apoyo, paciencia y comprensión son y han sido vitales en estos dos años de existencia.
Curiosamente, compré hace unos dias una botella de claras de huevo pasteurizada en Mercadona e intentaba localizar una receta en la red (en google) con merengue; encontré un pastel que me cautivó, siento no recordar el nombre del blog, pero es que leyendo la receta, ví que lo había hecho siguiendo los pasos de una estupenda cocinera, malagueña como yo, con una cocina tradicional de nuestra tierra, con mi misma “escuela” nuestro barrio marinero por excelencia: El Palo, pero con un arte especial en algo que yo no domino y que intento aprender cada dia: los dulces y pasteles. Ella es Reme, su blog: Al Sur del Sur y su paso a paso de éste pastel deben verlo.
Por supuesto, he intentado ser una buena alumna y salió riquísimo: disfrútenlo.
Precalentar el horno a 180º C.
Cortar la masa de hojaldre (usé la refrigerada que se puede comprar en cualquier superficie) en forma cuadrada y con el resto hacer un borde alrededor a fin de que queden los bordes más altos que la base.
Pinchar la base con un tenedor a fin de que no suba mientras se hornea.
A continuación meter la masa en el horno hasta que la pasta quede dorada.
Cuando ha cogido color, retirar del horno y dejarla enfriar.
Mientras preparar una crema de limón:
En un cazo poner dos huevos, 110 gramos de azucar, el zumo de un limón y la ralladura del limón.
Llevar a ebullición removiendo con una varilla.
Una vez que empieza a espesar, añadir 50 gramos de mantequilla derretida, sin parar de remover.
Verter en un cuenco, tapar con papel film y dejar que se enfrie.
Para el merengue:
Poner las claras de huevo (usé medio tarrito) en un bol y montar con las varillas durante diez o quince minutos, sin dejar de batir.
Agregar poco a poco 150 gramos de azucar, batiendo junto con las claras.
En un cazo con 150 gramos de azucar y un vaso de agua, preparar un almibar, cuando burbujee incorporar al merengue en forma de hilo, sin dejar de batir, hasta que se enfríe.
Aproximadamente unos veinte minutos batiendo.
Extender la crema de limón encima del hojaldre, colocar el merengue encima de la crema de limón (con una manga pastelera) y quemar con soplete a fin de dar ese color dorado al merengue.
Muchísimas gracias.