¡Buenos días!
Llevo desaparecida unos días porque el portátil ha estado en el taller. Nada más y nada menos que 123 virus han tenido la culpa y eso que siempre voy con muchísimo cuidado de no abrir archivos ni correos sospechosos, que si no... pero por suerte ha tenido arreglo.
A este pastel le tenía yo ganas. Lleva tres únicos ingredientes: chocolate blanco, queso crema y huevos.
He leído que a algunos les sube mucho y a otros no tanto, yo soy de los últimos porque el mío no subió demasiado, tal vez por el tamaño del molde (es lo único que se me ocurre porque seguí los pasos uno a uno). Pero bueno, acaso es una competición de a ver a quién le sube más? Pues se me ha quedado un poco escuchimizado pero oye, la verdad es que tiene la fama bien merecida, porque está increíble. Tiene una textura muy suave y esponjosa, entre bizcocho y tarta de queso, y te aviso que volará en nada y menos.
Eso si, hay que estar pendiente del horno en todo momento y controlar los grados. Ah, y se hace al baño maría.
Ingredientes:
- 120 gr. de chocolate blanco
- 120 gr. de queso crema tipo Philadelphia
- 3 huevos
- mantequilla para el molde
- azúcar glas para decorar
Elaboración:
1. Lo primero que haremos es derretir el chocolate al baño maría lentamente. Luego lo sacamos del fuego y lo dejamos enfriar.
2. Mezclamos el chocolate fundido con el queso.
3. Separamos las claras de las yemas y agregamos estas últimas al chocolate.
4. Montamos a punto de nieve las claras y las mezclamos con lo anterior poco a poco para que no bajen demasiado.
5. Preparamos el molde desmontable que vamos a utilizar. Cortamos un redondel de papel vegetal del tamaño del fondo del molde y tiras alargadas para las paredes. Untamos con mantequilla todo el molde y pegamos los trozos de papel. Por último envolvemos la base en papel de aluminio para que no entre agua cuando lo metamos al baño maría.
6. Llenamos con un par de dedos de agua una fuente de horno donde quepa el molde del pastel y calentamos el horno (con la fuente de agua) a 170ºC.
7. Ahora ojo, que viene lo más entretenido. Cuando el horno esté caliente, mete el pastel durante 15 minutos en la fuente con agua que ya tendrá la misma temperatura.
Pasado el tiempo, baja la temperatura a 160ºC y déjalo otros 15 minutos. Y pasado ese tiempo apaga el horno pero NO SAQUES el pastel porque hay que dejarlo otros 15 minutos con el horno apagado.
Después de eso se puede sacar del horno, dejar enfriar y desmoldar. Y ponemos encima una capa generosa de azúcar glas.
En el corte puedes ver lo esponjoso que queda.
¡Riquísimo!
¡Nos vemos el viernes!
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