El reto de asaltablog consiste en visitar el blog que se elige por sorteo mensualmente. El reto lo administra Marga Postigo del Blog Azafranes y Canelas.
Este mes hemos tenido que asaltar a el blog de Rebeca, se llama La cocina de Rebeca. Es un blog que conozco desde hace algún tiempo porque coincido con ella en algún que otro reto. Además, hace poco he descubierto una opción del blog que consiste en seguir lo que publica cada blog que te interesa y naturalmente me he hecho seguidora de Rebeca porque me gustan mucho sus recetas… Son recetas, en general, sencillas y muy ricas, que es lo que me gusta a mí. En este caso os traigo unas patatas bravas ¿por qué? Pues aunque he elegido muchas recetas de Rebeca finalmente he preferido hacer esta porque:
1ª tenía muchas ganas de hacer esta receta y subirla al blog
2ª porque me gustó mucho como la explica Rebeca y
3ª porque la explica de forma tradicional y con thermomix, con lo que podemos prepararla cualquier hijo de vecino, sin ninguna excusa.
Todos sabemos lo que son unas patatas bravas ¿A qué sí? Son una de las tapas que conocemos en toda España, en todos los rincones, plato sencillo del que he visto mil y una forma de preparar. En muchos sitios cuando pides (al menos por mis tierras valencianas) unas patatas bravas en el bar, realmente te sirven unas patatas con all-i-oli. Pero esto, no son patatas bravas, son PATATAS CON ALL-I-OLI, buenísimas, pero no son patatas bravas. Y, otro dato curioso: la salsa brava NO lleva tomate, el color rojizo se lo da el pimentón, pero NO lleva tomate.
La receta original de Rebeca la podéis ver AQUÍ. La salsa la he hecho igual. Las patatas las he hecho como siempre las hago: primero las cuezo un poco en agua y luego las frío, así me quedan blanditas por dentro y crujientes por fuera.
Ingredientes (para 4 personas):
3-4 patatas grandes
Agua
Aceite de oliva
Sal
-Para la salsa brava:
75 gramos de cebolla
2 dientes de ajo
4 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de harina
1 cucharada de pimentón dulce
1/2 cucharada de pimentón picante
300 gramos de caldo de ave
Sal
Elaboración:
Para las patatas:
- Pela y parte en trozos irregulares y grandes.
- Pon en una cazuela con agua hirviendo y sal. Cuécelas durante unos diez minutos, de forma que se ablanden un poco.
- Pon al fuego una sartén honda con aceite de oliva suficiente para cubrir las patatas y, cuando esté caliente, pon las patatas.
- Fríe a fuego fuerte hasta que cojan color dorado.
El objetivo es que queden muy tiernas (después de haberlas cocido) por dentro y crujientes por fuera. Saca a un plato con papel ab
sorbente y ponlas un poco de sal.
Salsa brava tradicional:
- Pela y pica muy finos los ajos y la cebolla. Pocha a fuego medio en el aceite.
- Añade la harina, mezcla, y sofríe.
- Agrega el pimentón, mueve bien y sofríe a fuego bajo durante 2 minutos (cuidado, que si el fuego está fuerte o lo tienes más tiempo, puede amargar).
- Agrega el caldo y ve moviendo hasta que la salsa espese.
- Vierte en el vaso de la batidora y tritura hasta dejar una salsa fina.
Si ha quedado demasiado líquida, puedes ponerla a reducir unos minutos a fuego medio hasta que tenga la textura deseada
Salsa brava thermomix (copiada de la receta de Rebeca):
- Pon la cebolla, el ajo y el aceite en el vaso y programa 4 segundos, velocidad 5.
- Baja los restos que hayan quedado en las paredes del vaso y programa 8 minutos, temperatura Varoma, velocidad 1, sin cubilete.
- Añade la harina y los pimentones, pon el cubilete y mezcla durante 10 segundos a velocidad 4. Sofríe durante 2 minutos, temperatura 100ºC y velocidad 3.
- Agrega el caldo y cocina durante 5 minutos a temperatura 100ºC y velocidad 1.
- Tritura durante 20 segundos a velocidad progresiva 5-8. Baja los restos y rectifica de sal.
- Tritura 20 segundos más a velocidad progresiva 7-10. Mira la textura y, si está demasiado líquida, programa unos minutos más, siempre a 100ºC, velocidad cuchara. Reserva.
Para emplatar:
- Pon las patatas y riégalas con la salsa brava. No es cuestión de inundarlas, sólo de darles un toque de sabor.
Mi opinión: Si exceptuamos a mi hija pequeña… un éxito. Lo malo es que se han acostumbrado a las patatas con all-i-oli y cambiar las costumbres cuesta un poco… pero las cambiaremos poco a poco, porque estas patatas quedan muy ricas y están hechas en un pis-pas.