Como ya estamos acabando la semana, os dejo una idea para comer el domingo. Porque... a quién se le ocurre comer pollo a last entre semana? Uyyyyyy! que me leéis desde varios países! ;-) Os explico, pollo a last es el pollo que se asa en el horno, pero "colgado". La mayoría de los hornos que podéis comprar ahora llevan el utensilio para hacerlo. Es un hierro con dos pinzas para clavar en el pollo y que no se mueva nada de nada. Creo que en la foto se ve bastante mejor de lo que yo lo he explicado.
Es una receta muy típica de Catalunya, y raro es encontrar a alguien que no le guste. El secreto: las especias y sacarlo en su punto, que esté jugosito sin estar crudo y que no se nos sequé más de la cuenta.
Lo mejor: la piel tostadita, la manzana, y esas patatitas que habremos puesto debajo y a las que les habrán ido cayendo todos los jugos del pollo, pero ay! que me adelanto! Un poco más y os explico la receta sin poner los ingredientes!!!! ;-)
Ingredientes:
1 pollo (pensad en cuantos vais a ser para que sea más o menos grande)
1 manzana
1 naranja o 1 limón
Manteca de cerdo
Tomillo
Romero
Pimienta negra
Patatas (dependiendo del número de comensales)
1 cebolla
3 ajos
Perejil
Aceite
Preparación:
Si compráis el pollo en el mercado o en pollería, tenéis que decir que queréis el pollo entero. que sólo os lo limpie por dentro. Si lo compráis en una gran superficie, donde ya los venden enteros, tenéis que aseguraros de que esté bien limpio y que no queden restos de vísceras.
Sea donde sea, tenemos que terminar de quitar las plumitas que pueda tener.
Limpio ya el Sr pollo, vamos a darle una capita de manteca de cerdo para que la piel quede bien crujiente, lo salpimentamos por dentro y por fuera, ponemos las especias que queramos, en mi caso tomillo y romero, y alguna vez curry y procedemos a rellenarlo.
Yo dentro le pongo una manzana con piel (limpia, evidentemente) y media naranja o limón. También tengo la costumbre de "coserle" el culete con un palillo, porque así luego la pinza del horno se agarra mejor.
Ponemos en la bandeja del horno las patatas peladas y cortadas a láminas finas. Las salamos y mezclamos con la cebolla cortada a juliana. Por último, hacemos una picada con ajos, perejil y un buen chorro de aceite y lo vertemos por encima de las patatas y con un pincel pintamos ligeramente el pollo también.
Si queréis podéis echar un buen chorrito de vino blanco por encima de las patatas, si no, con una taza de agua (para que no se sequen demasiado) será suficiente.
Ahora vamos al montaje. el horno, evidentemente lo tenemos caliente a unos 200º. Metemos la bandeja de patatas y cerramos la puerta. Insertamos el hierro (con una de las pinzas ya metida, que será la que pinchemos atrás) a través del culete cosido del pollo y lo sacamos por el cuello, ponemos la otra pinza y las fijamos bien para que no se mueva al girar.
Lo llevamos al horno. Fijaos que en la pared de atrás hay un agujerito. Por ahí es por donde hay que poner una punta del hierro y la otra va colgada con un gancho, tal y como se ve en la foto. Tranquilas que todo lo trae el horno.
Buscad la función del horno que sea para girar el hierro y dejar asar hasta que esté bien dorado y al pincharlo no salga líquido.
Notas:
Un truco al que me he aficionado: en el suelo del horno, pongo un cuenco de barro lleno de agua. Así consigo que haya humedad en el horno y las patatas no quedan secas, pero el pollo queda muy tostado por fuera.
Ya me contaréis!!!!
Fuente: este post proviene de La Flor del Melocotón, donde puedes consultar el contenido original.
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