Buscando por la red cómo hacer pollo al ajillo, en todas las recetas que encontré, utilizaban vino blanco. En casa suelo tener tinto y cerveza, así que lo sustituí por cerveza. Ha quedado para repetir, prácticamente se hace sólo y queda sabroso y muy jugoso. Lo mejor es que de un día para otro sigue estando tierno y se puede comer hasta tibio.
-un pollo troceado sin las pechugas
-6 cucharadas de aceite de oliva
-una cabeza de ajos
-un botellín de cerveza 200 ml.
-media cucharadita de sal
-media cucharadita de tomillo seco
Lavamos el pollo y lo secamos. Sacamos los dientes de ajos de la cabeza y los cortamos un poco por la mitad.
En una cazuela amplia antiadherente ponemos el pollo con la sal. Cuando empiece a dorarse añadimos los ajos y dejamos que se frían también.
Incorporamos la cerveza, bajamos el fuego y dejamos que se cocine 35 minutos, dándole la vuelta a los trozos a mitad de cocción. Añadimos el tomillo cinco minutos antes de terminar.
Podemos acompañarlo con unos pimientos del Padrón hechos a fuego lento en una sartén con aceite de oliva y sal gorda.