Después de muchos tiempo me decidí a hacer el pollo al escabeche, que es ideal para comerlo frío. Además puede ser otra alternativa para agregar a la lista de rellenos para sandwiches. Es muy fácil de hacer y es difícil que alguien de la familia se resista a comerlo, solo tenemos que estar atentos a la cantidad de vinagre que le ponemos, por esto les doy diferentes opciones en la receta; pienso que a medida que lo vayan haciendo irán encontrando el “punto justo”. Es tan sencillo prepararlo que me animo a darles una recomendación para el final, quizás alguien la considere absurda pero es importante: tienen que resistirse a comerlo por 48 hs. Vayan probando de a poco entre el día que lo hacen y los 2 días que les aconsejo esperar y después me cuentan.
Ingredientes
3 patas y 3 muslos de pollo
2 cebollas medianas
3 zanahorias medianas
50 ml de aceite de oliva virgen
80 ml de vinagre blanco
(pero si prefieren el escabeche más fuerte pueden sumarle 20ml)
Sal y pimienta, a gusto
Preparación
Comencé por cocinar el pollo en agua hirviendo con sal gruesa por 15 minutos. Mientras tanto, lavé las cebollas y las corté en rodajas finas; hice lo mismo con las zanahorias, que corté a lo largo con el pela-papas para que queden bien finas.
En una cacerola puse el aceite, el vinagre blanco (recuerden que tienen que ir regulando la cantidad de vinagre dependiendo de si prefieren el escabeche más o menos intenso, incluso pueden probar hacerlo con vinagre de manzana) y rehogué las cebollas con las zanahorias. Cuando el pollo estuvo listo, lo deshuesé y lo puse a cocinar 20 minutos más a fuego muy bajo junto con las verduras. Comprobé el punto de la sal y le agregué una pizca de pimienta blanca.
Lo dejé enfriar en la olla y una vez que estuvo bien frío lo puse en un recipiente de vidrio; como les dije al comienzo, resistan la tentación de comerlo por 48hs y déjenlo reposar en la heladera. Resulta muy sabroso y muy rico.
Variantes
Si les gusta el ajo y el ají, les cuento que pueden agregarle 1 diente de ajo (sin la parte verde del centro) y 1 ají mediano (puede ser rojo, verde o amarillo) a la preparación inicial de las verduras. Recuerden cortarlos en láminas finas, igual que la cebolla y las zanahorias para que todo se cocine parejo.
Incluso al final de la cocción pueden condimentar con orégano (fresco o seco) y aquí les doy un consejo de mi madre: es importante agregar el orégano al final para que la comida no tome gusto amargo porque si el orégano se cocina por mucho tiempo da un sabor amargo a la preparación.