La piel del pollo o las partes quemadas de éste no se deben comer. La piel es necesaria para hacer el pollo a la brasa, la grasa que contiene ayuda a que la carne no se seque.
Hacer pollo en la barbacoa no era precisamente uno de mis platos favoritos hasta que comencé a marinarlo. Tengo que reconocer que me da un poco más de trabajo que si empleo otro tipo de carne. Hay que abrir los cuartos, cortar el espinazo, y separar las alas, pero el resultado bien lo merece.
Es conveniente dejar la piel. La grasa que contiene se fundirá completamente al calor de la brasa y ayudará a que la carne quede más jugosa.
Condimentada con sal, pimienta negra, abundante tomillo fresco, aceite de oliva, y limón recién exprimido la carne de pollo adquirirá sabor.
Durante el proceso de marinado hay que dar la vuelta a la carne.
Ingredientes para 4 personas
Un pollo
1 limón grande
Pimienta negra de molinillo
Tomillo fresco
Aceite de oliva
Sal
Una vez cortado a cuartos, abrir el pollo como si fuera para hacer a la plancha.
Si las alas son grandes y las queréis cocinar a la brasa, abrir la parte más gruesa hasta llegar al hueso. Los cuartos de pollo deben quedar lo más planos posible, procurando que todo tenga un grosor parecido.
Salpimentar de manera generosa y disponer en un plato o bandeja honda de manera que no sobre mucho espacio entre cuarto y cuarto.
Repartir el tomillo fresco a capas por toda la carne. Exprimir un limón grande y echar por encima del pollo. A continuación aliñar bien con aceite de oliva.
Tapar con papel film y dejar reposar en la nevera como mínimo 3 o 4 horas. También se puede hacer de un día para otro. Durante el proceso hay que dar vuelta a la carne. Antes de utilizar sacar de la nevera para que se atempere.
No retirar el pollo de la marinada hasta el momento del asado.
Algunas indicaciones para l@s poco expertas en hacer asar carne en barbacoa.-
Hacer unas buenas brasas, y colocar los cuartos en una parrilla sobre ellas por el lado de la piel. Dejar que se asen hasta que veáis que los laterales de los cuartos del pollo cambian a un color más blanco. No obstante vigilar que el calor esté repartido por un igual y si es necesario, sin dar la vuelta, ir moviendo el pollo de su sitio inicial con la finalidad de que se dore por un igual (no pinchar nunca la carne, usar tenazas).
Durante este proceso ir echando, con una cuchara, un poco del jugo de la marinada sobre la carne con el objeto de que no se seque. Es mejor hacerlo gota a gota para no provocar humo.
Dar la vuelta. Ahora toca hacer la parte interior. Las brasas habrán perdido intensidad y el pollo se hará más lentamente. Eso nos irá perfecto para que quede jugoso. Ya no hace falta seguir regando los muslos con la marinada, se necesita que el interior del muslo se dore bien y éste por si mismo ya es lo suficientemente meloso. Continuar echando alguna cucharada más sobre las pechugas, siempre de forma moderada.
Dorar al gusto y servir inmediatamente.
Se acompaña con ensalada del tiempo, hortalizas escalibadas, patatas al horno o fritas.