Cuando mi hijo era pequeño y preparaba este pollo el lo llamaba nugget y aunque no lo eran a el se le parecían mucho, yo los prefiero porque los nugget llevan mucha más materia grasa y bueno es cuestión de darse un caprichito pero tampoco de pasarse con las grasas que hay que dejar hueco para el postre jeje, por ese motivo hoy te postre te propongo una fruta, la que tu elijas ya sabes que yo me quedo con el plátano de canarias.
Ingredientes:
2 pechugas de pollo (750 g. aprox.)
2 huevos
5 o 6 cucharadas de leche
9 cucharadas de harina común
3 dientes de ajo
sal
pimienta negra molida
Aceite para freir
Elaboración:
Cortamos las pechugas en tiras a lo ancho y del grosor de un dedo.
Colocamos las tiras de pollo en un bol y salpimentamos con sal y pimienta, le añadimos el ajo bien picado o majado con un prensa ajos. Este es uno de los utensilios de cocina que más uso pues es muy cómodo y el ajo lo consumo casi a diario.
En un bol a parte batimos los dos huevos y le añadimos la harina, queda una masa muy espesa así que vamos añadiendo la leche poco a poco hasta conseguir una consistencia como a natillas.
Calentamos el aceite y cuando esté bien caliente vamos pasando las tiras una a una por el rebozado y friendo, dales la vuelta y vigila para que no se te quemen, si es necesario no tengas el fuego demasiado fuerte para que no se te quemen pero si se te cocine el pollo por dentro.
Una vez dorado por ambos lados colócalos sobre un papel de cocina para que absorban parte del aceite y listos para comer, puedes acompañarlos con ensalada, papas fritas, arroz o lo que más te guste y de postre una fruta.
Espero que gusten en tu casa tanto como en la mía y si es así no dudes en compartir el post en las redes sociales, eso me hace muy feliz. Mil besos y feliz semana!